lunes, 20 de junio de 2016

NUEVA CELEBRACIÓN DEL DÍA DEL PADRE.

Antes de algún comentario quiero agradecer las llamadas y mensajes que recibí de mis sobrinas, sobrinos y algunos amigos queridos el domingo anterior  con motivo del día del Padre. Aparte del día que pasé acompañado de mis hijos Daniel y Rafael, así como toda la familia que me permitieron pasar un día de lujo acompañado de mi nieto Alex y Aida y demás familia que amablemente estuvieron con mi esposa Tere y yo, en un día maravilloso.

Me sorprendió que en los últimos años ha sido cada vez más renombrada esta fecha como un éxito de los comerciantes que hace todo lo necesario para que la gente compre regalos y llene los lugares públicos como restaurantes, bares y otros centros de diversión, donde ven con éxito el resultado de sus esfuerzos para aumentar sus ventas.

Según información de INEGI se considera que el 71% de matrimonios viven en pareja, ya que el 29 % se les considera como divorciados o viudos, lo que promueve que existan muchos hogares con madres solteras o padres solteros haciéndose cargo de los hijos. Actualmente se ha dado el caso que el padre y la madre de familia trabajan y por lo mismo los hijos quedan a cargo de una nueva institución que es la abuela, y por lo mismo los hijos crecen sin la guía de sus padres, convirtiéndose una situación con muchas libertades.

No soy dado a pensar en que existen tiempos mejores, pero en mis años de recién casado las cosas fueron diferentes y tal vez esa es la razón de que los hijos crecían bajo la tutela de los padres y había oportunidad de orientarlos mejor y conseguir los resultados deseados, al menos en nuestro caso como pareja.

Anteriormente, la responsabilidad de los hijos se distribuía entre la mamá en casa con los hijos y el papá atendiendo las responsabilidades externas para disponer de lo suficiente para conseguir mejores resultados en la conducción de los hijos hasta lograr óptimos logros que dieron como respuesta obtener mejor éxito en su la formación de los niños.

En esas condiciones tuvimos oportunidad de tener una comunicación permanente con nuestros dos hijos, disponiendo tiempo suficiente para conocernos mejor desde muy pequeños hasta la fecha. Ahora nos entendemos mejor, seguimos siendo padres, pero el trato es como de buenos amigos.

No hay nada más estimulante en nuestra vida que ser padre. Debemos dejar el timón a nuestros hijos, para que manejen sus propias decisiones. Nuestra realidad será dejarlos que ellos se hagan cargo de sí mismos, darles la oportunidad de ser responsables y de que tomen sus propias decisiones, necesitan asumir responsabilidades propias y no acostumbrarlos a que sus padres las asuman por ellos, pueden aprender a confiar en sí mismos.

A los hijos se debe darles seguridad interna, ese sentimiento de tener fe en que serán capaces de desempeñarse en cualquier circunstancia y hacerles sentir la confianza en sí mismos y la seguridad radica en ellos mismos que está basada en sus conocimientos, experiencia y capacidades. Lo importante es hacerles sentir que no deben confiar en nadie más que en lo que ellos mismos decidan.












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