El
día martes de esta misma semana, cayeron en diversas zonas de esta ciudad unos
fuertes aguaceros que inundaron las calles por las fuertes lluvias que causaron
desplomes en la ciudad de México por no encontrar coladeras suficientes que
absorbieran el agua, debido principalmente a la cantidad de basura acumulada en
las calles que por irresponsabilidad de gentes que por su comodidad, depositan
en cualquier lugar que les acomoda, sin pensar en el daño que puede ocasionar a
otras personas al inundar las calles y por consiguiente sus casas.
Resulta
fácil sentirse resentido por las responsabilidades en nuestra vida cotidiana,
pero otras personas que salen afectadas con algún daño, son las que resienten
las consecuencias, debido a que sin conocer el origen, resienten los efectos en
sus pertenencias, con motivo de inundaciones que causan diferentes daños.
Convertirse
en persona más bondadosa y afectuosa requiere acción, no hay nada específico
que tengas que hacer, ninguna prescripción que debas seguir. La mayoría de los actos
auténticos de bondad y generosidad parecen surgir más bien de modo espontáneo,
como si la mente de la persona hubiera integrado por sí sola el concepto de
servir a los demás.
Algunas
de mis lecturas que he realizado, se inician con sugerencias que consisten en comenzar el día planteándome
preguntas de diferente índole: “Cómo puedo prestar algún servicio” Esto me ha resultado útil para recordar las
diversas maneras y formas que debo seguir para recordar las diferentes maneras de
tener la oportunidad y poder ayudar a otras personas. Cuando ocurren estas
interrogantes, las respuestas surgen durante todo el día.
Si
tú te propones ayudar a otras personas, casi de inmediato surge la posibilidad
de que pongas en práctica tus propósitos, ya que las oportunidades surgen en
forma espontánea: ayudar a un invidente a cruzar una calle, dar el paso a una
dama, ceder tu asiento a un inválido, recoger basura que puede estar tirada en
la calle. La clave consiste en tener buena disposición para hacerlo y recordar
que realmente la ayuda que se puede prestar a los demás no consiste en hacer
una sola cosa.
No
se trata de hacer algo bueno y preguntarse después por qué los demás no se
preocupan en prestar alguna ayuda a terceros; por el contrario, una vida de
servicio es un proceso que abarca toda la existencia, y se constituye en una
manera o forma de ver la vida, si hace falta sacar la basura, sácala tú y ponla
en su lugar, aunque no te corresponda hacerlo. Yo he descubierto que a veces la
mejor manera de ayudar a otros es muy sencilla, es algo así como un pequeño
acto silencioso, que pasa desapercibido y si puedo desempeñarlo, me agrada
hacerlo.
Existe
un viejo refrán que dice “En el dar está la recompensa” es muy
cierto, cuando das algo o prestas un servicio, sientes la recompensa del deber
cumplido y eso es suficiente. Si aprendes a dar o a darte a los demás con
generosidad, llegarás a sentir una paz que jamás habrías creído posible con anterioridad,
porque en esos casos todos salen ganando mucho, especialmente tú con la
satisfacción del deber cumplido.
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