Siempre
he escuchado la versión que dice “Tiempos pasados fueron mejores” y quienes la mencionan son personas que añoran los
años cincuenta o sesenta, pero recordé que a lo largo de mi vida se me ha dado
tanto; y, la realidad es que lo había apreciado muy poco, cosa que recapacitando
lo experimenté en júbilo, porque me di cuenta de todo lo que disponemos y se
encuentra a disposición de cada uno de nosotros y pocas veces hacemos caso y lo
disfrutamos debidamente.
Después
de una reflexión sobre lo que tenemos y además lo que el universo ha puesto en mi
alrededor, pude darme cuenta que en ocasiones nos negamos a disfrutarlo, ya que
cuando hemos llegado a apreciarlo, ha sido en forma superficial, por lo que no podemos
apreciar todos los bienes de los que estamos rodeados y no hacerlo, puede ser
una forma de reforzar nuestra calidad de vida.
El
lector podrá suponer que las cosas no pueden ser así debido a que actualmente
la situación en nuestro país se encuentra muy delicada, por la inseguridad
latente en la mayoría de estados del
país, los aumentos de precio de los artículos que utilizamos son
constantes, la serie de secuestros que diariamente ocurren en varias ciudades
del país, al grado que hemos llegado a pensar que nuestra propia vida llega a
ser un desastre. A pesar de todas esas cosas que acontecen en nuestro país y en muchas otras naciones del mundo, existen otras
cosas por las que debemos sentirnos agradecidos, y si tuviéramos que
enumerarlas no cabrían en nuestra imaginación. Las riquezas del mundo nos
rodean y nosotros en cambio no somos capaces de apreciarlas.
Nos
podríamos preguntar con alguna timidez ¿Y por qué nosotros no las vemos? Porque en muchas ocasiones disponemos de una ceguera
mental que nos cubre y formamos una sociedad que dispone del hábito de centrar su
atención solamente en
los acontecimientos que suceden diariamente para formarnos una manera de pensar
de las cosas y llegamos a prescindir de lo maravilloso que tiene la vida. Si solamente
hemos aprendido a actualizarnos de los acontecimientos negativos que forman la
nota roja y nos dejáramos llevar en lo que tiene de terrible la vida, ya es
momento que nos dejemos de esas narraciones y empecemos a apreciar de los
valores y bellezas tanto materiales como naturales que están a nuestro alcance;
y, darnos cuenta que no todo es malo y que existen muchas cosas por las que verdaderamente
vale la pena vivir.
Debemos
agrupar nuestra atención en lo que hacemos, porque muchas veces no estamos
centrados en los problemas que tenemos en el día y nos contagiamos en los
temores e inquietudes del futuro. Debemos darnos cuenta que estamos viviendo el ahora y puede
sorprendernos aprender que “El ahora es el único tiempo del que
disponemos”.
La
plenitud de la vida surge tan sólo al establecer contacto con el momento
presente. Y eso es lo que esta nueva y simple conciencia nos permite crear en nosotros.
Como interpretación puede parecer muy simple, pero acostumbrarnos a centrar
nuestra atención en las cosas que producimos, es el punto clave que nos produce
satisfacción. Cuando adquirimos plena conciencia de estos acontecimientos, se
convierte en una parte de lo más exquisito que está a nuestra disposición y no
en el aburrimiento que muchas veces nos abruma.
Estas
pequeñas cosas no les damos la importancia que tienen y desperdiciamos la
oportunidad de admirar lo que nos produce placer y nos llena de satisfacción, es
necesario que veamos las cosas que ocurren en nuestro exterior pero en forma
diferente, muchas veces poco podemos hacer para mejorar esos valores que suceden
en todas partes; pero si empezamos por mejorar nuestra actitud de apreciar lo
que hacemos hoy, nos permitirá reconocer que… “El ahora es el único tiempo del que disponemos”
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