Es
común que la gente comente que duerme poco porque le falta tiempo para hacerlo,
esto produce que la falta de sueño produce sopor y por lo mismo causa pesadez
de ojos, pero pocas veces podemos percatarnos de que esa situación conduce a
graves peligros para la salud. Esta situación cuando es frecuente pone en
riesgo nuestra productividad al día siguiente, nos hace perder seguridad y afecta
nuestra salud.
Las
personas que siguen esta costumbre de dormir poco, están trastornando el ciclo
fisiológico natural que se inicia por la noche, cuando el organismo considera
que es hora de ir a la cama. Cuando la ceremonia del sueño se inicia que es
apoyar la cabeza en la almohada, la respiración se hace más pausada y el cuerpo
reduce su ritmo, o sea que de su actividad rápida conocida por los expertos
como ondas beta, se pasa primero a las ondas alfa que son más lentas, y
luego pasa a las ondas theta, que son
más lentas y forman la fase uno del sueño. A esto sigue una especie de viaje de
ida y vuelta como si fuera un ascensor
por las diversas fases del sueño.
A
continuación sigue la fase dos en la cual permanecemos por un tiempo de
diez a quince minutos. Con este antecedente se llega a la fase tres
cuando caemos a un sueño profundo caracterizado ondas delta cuya duración es de diez a quince minutos.
Posteriormente continuamos con la fase cuatro
que es cuando permanecemos en el estado de máxima relajación, cuya duración es
de aproximadamente treinta minutos y al que sigue un ascenso a las fases tres
y dos. Este ciclo tiene una duración de noventa minutos, seguido de una
fase en que soñamos y así continúa una y otra vez durante toda la noche.
Se
ha observado que cuando la habitación permanece un una oscuridad completa, la
duración natural del sueño nocturno tiene una duración de poco más de ocho
horas. Con este antecedente se llevó a cabo un experimento en un centro de
investigación de salud, en que los participantes durmieron catorce horas
diarias durante cuatro semanas. Los primeros días durmieron un promedio de once
horas por noche, tiempo que se fue reduciendo durante la segunda y tercera
semanas, hasta que recuperaron l7 horas de sueño perdido acumuladas antes del
estudio. En la cuarta semana durmieron en promedio ocho horas y cuarto
en promedio diarias.
Los
investigadores lograron determinar lo que perdemos al escatimarnos el sueño,
demostrando a quienes dormían en varios días, dieron la impresión de
recuperarse pronto, lo que hizo creer a los expertos, que las desveladas no
tenían mayores consecuencias a la larga. Pero
las nuevas investigaciones empezaron a demostrar que se debe tener en
cuenta la realidad actual ¿qué les ocurre
a quienes le roban un poco de tiempo al sueño casi a diario?. Con esto se
demuestra que la falta de sueño causa
estragos a los desvelados, quienes se encuentran trastornando un ciclo
fisiológico natural que comienza al anochecer, cuando se acerca la hora de
dormir.
También
se ha logrado determinar la falta de sueño puede contribuir al elevado índice
de obesidad que existe actualmente en nuestro país, y en el caso de los jóvenes
en desarrollo, puede afectarles en la etapa de crecimiento que regula la
proporción entre grasa y músculo en el cuerpo. En los estudios realizados por
los expertos en investigar la falta de sueño, han establecido ciertas
reacciones inmunitarias, también afecta las defensas del organismo, lo que
disminuye la resistencia a las infecciones, y puede aumentar el riesgo de
producir enfermedades que afecten seriamente la salud del género humano.
Unos
investigadores del sueño en Japón llevaron a cabo un estudio con un grupo de
personas que dormían cinco horas o menos y con propensión a males cardíacos,
comparado con otro grupo quienes dormían ocho horas. Se tuvo información que el
cuerpo reacciona a la falta de sueño y produce una inflamación latente de baja
intensidad. Está probado que el descanso insuficiente, puede aumentar el riesgo
de contagiarse alguna enfermedad. La incidencia de males cardiacos puede causar
inflamación de las arterias, y tiene mucha relación con la falta de sueño
incluso leve. Los efectos del insomnio pueden afectar directamente al corazón
en particular. La lucha contra los males cardiovasculares por ser el mejor
indicador de riesgos de infarto.
Una
forma de combatir el insomnio consiste en limitar la estancia en la cama
durante el tiempo de sueño real. Esta técnica me ha dado resultado a mí en lo
personal y aunque duermo seis horas, parece que se opone al sentido común, pero
es sencilla y puedes probarla. Se debe calcular el número de horas de sueño
efectivo de cada noche en promedio y levantarse una vez transcurrido ese primer
sueño. No se precisa por qué la limitación de sueño da resultado en quienes
verdaderamente necesitan dormir, pero es un hecho es que se obtienen resultados
positivos en una o dos semanas y funciona con bastante rapidez y esos ya es
ventaja. Después de despertar varios días seguidos, se sorprende uno de haber
dormido toda la noche de corrido, comprobando la duda de que antes no se dormía
bien y ahora no solamente se duerme bien sino se descansa mejor.
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