VIDA SANA. |
Todos
tenemos el compromiso de cuidar de nuestra salud y nunca es tarde para hacerlo,
no importando la edad, ya que los jóvenes, los adultos y los mayores lo
hacemos, pero debemos ser muy cuidadosos para no excedernos en ejercicios que
pudieran dañar nuestra salud, por causarnos lesiones que con el tiempo pueden
resultar de consecuencias que afecten nuestro cuerpo. Por esa razón el
ejercicio debe planearse con tiempo, y hacerlo con las prevenciones de
seguridad y de ser posible, mediante revisión el examen de un médico que debe hacer
las orientaciones debidas de acuerdo con la fortaleza de cada
Ha
ocurrido con frecuencia que varios atletas no solamente de “fin de semana” sino de mayor
entrenamiento, por sentir un desafío entrenan lo suficiente para participar en
una carrera “maratón” (ahora que
están de moda en varias ciudades) y cuando están en la competencia, después de
recorrer treinta y cinco kilómetros sienten molestias que el cuerpo manda,
anunciando “precaución” y sin hacer
caso alguno y faltando siete kilómetros, cometen la hombrada de continuar, y al
llegar a la meta de 42.195 km. sufren un
desvanecimiento del que ya no se recuperan más.
Menciono
a todas las edades porque la longevidad no solo es una cuestión mental y nadie
sale vivo de aquí, pero lo que todos deseamos es conservar una “calidad de vida” saludable y seguir
activos en nuestras actividades, sobre todo porque he observado que la gente de
edad madura y avanzada es la más constante y dedicada a practicar las bondades
que otorga el ejercicio. Por eso encontramos diariamente en los parques públicos,
deportivos y gimnasios, oleadas de aficionados al deporte caminando, corriendo,
pedaleando o nadando y muchos de nosotros tal vez estamos abusando de nuestra
fortaleza y desgastándonos en forma prematura.
Los
jóvenes en su mayoría y movidos por sus deseos de superarse en el deporte de su
preferencia se extralimitan en sus esfuerzos físicos y sin preocupaciones de
algún cuidado, llegan a sufrir lesiones en articulaciones y ligamentos que con frecuencia
se recuperan con rapidez por su edad, pero las huellas van quedando; con la
frecuencia y faltas de cuidado, llegan a causarles males mayores en edades
maduras, cuando marcan el inicio de la edad adulta y la aparición de sus
primeras canas.
En
el caso de los adultos la situación es diferente pero también se complica,
porque escogen deportes inapropiados o llegan a practicar aquellos que más les
conviene o prefieren realizar aquellos que están de moda y recurren a la
inscripción de algún club de conveniencia, entregándose a las rutinas con
demasiada frecuencia o intensidad. Ejemplos demostrativos no faltan pero citaré
solamente un caso de un amigo muy querido que practicaba el tenis una vez a la
semana con un grupo de compañeros que hacían gala de mucha destreza en ese
deporte. Alguna vez en plena práctica, recibió un pelotazo en la cabeza y se
mareó por un momento y después continuó su juego. Pasado algún tiempo en años,
sufría de dolores de cabeza hasta consultar un especialista que le diagnosticó
un tumor cerebral que terminó en una sala de urgencias para continuar con una
cirugía que ya no pudo superar.
No
es fácil lograr el equilibrio porque tenemos el caso de que si no practicamos
algún deporte o hacemos algún ejercicio, el riesgo de muerte aumenta por
obesidad mediante una vida sedentaria; y, si practicamos algún deporte en
exceso, las lesiones son inevitables y ante este dilema, debemos valorar qué es
lo que nos hace sentir bien; mediante la práctica de un deporte adecuado y a
nuestro gusto, sin exagerar ante un panorama que muchas veces nos hace pensar:
¿qué es lo que más nos agota? los años o los kilómetros.
Esos
pensamientos deben tomar en cuenta el panorama que nos espera a todos con la
edad: menos elasticidad de los tendones, una disminución constante de la
capacidad cardiopulmonar a partir de la madurez, reflejos más lentos, pérdida
de la masa muscular que debe ser tomada en cuenta a partir de los sesenta años,
y en algunos casos osteoartritis por lesiones previas de rodilla o simplemente
por el paso de los años que en muchos casos son notorios en las personas
adultas.
Desde
luego debemos cuidarnos pero nunca desanimarnos, si hacemos una glosa de
nuestro historial, no olvidemos el desgaste y las lesiones acumuladas que los
años nos han dejado, siempre y cuando no tengamos principios de osteoartritis,
debida en parte a la aumentada edad promedio de la población.
Cierto
es que muchas personas mayores tienen la facilidad de disponer de entrenadores
especializados o de becas para la práctica de algún deporte. Nosotros debemos
pensar que lo más importante es divertirnos en la práctica de un programa
adecuado a nuestra edad, sin importarnos de lo que ocurra en nuestro entorno,
tomando en cuenta que lo más propio es disfrutar de una “vida sana con calidad de vida”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario