Se
dice que mucha gente está durmiendo poco, y por exceso de actividades se
acuesta tarde y en otros casos por cuestiones laborales se debe levantar muy
temprano. Con frecuencia escucho que dice no poder dormir “por falta de sueño” y por lo mismo revisa espera hasta el último noticiero
nocturno y duerme poco y mal. En otros casos el abundante trabajo le ocasiona
una serie de responsabilidades y preocupaciones en su empresa, que con
frecuencia “le causa insomnio” y con sueño escaso. También hay personas que ya
se han acostumbrado a dormir poco tiempo, con tres a cinco horas de sueño es
suficiente y pueden estar despiertos todo el día.
Recogiendo
muchas versiones, se entera uno de lo más variado de opiniones y da la
impresión de que la gente no se preocupa mucho por dormir las ocho horas de
sueño que: por costumbre, la tradición y los expertos en sueño, dicen es lo
necesario para que el cuerpo se recupere de las energías consumidas en un día
normal. Lo que todos sabemos por nuestros antepasados es que “el sueño es vida” y que dormir poco
puede tener graves consecuencias con el paso del tiempo.
Casi
todos tenemos una idea de que la falta de sueño es causa de una perturbación en
perjuicio de nuestra salud; aunque con frecuencia no acostumbramos dar
importancia a los graves peligros que esto representa para la conservación de
nuestra salud. De acuerdo con las opiniones de los centros de investigación del
sueño, y como resultado de sus expertos, se ha considerado que los tres
principales factores para una buena “Salud
y larga vida” son: a) el sueño,
b) una buena alimentación y c) la práctica frecuente de ejercicio. Debidamente atendidas estas tres fases, son
la fórmula perfecta para disponer de una vida sana, con una longevidad duradera
y sobre todo con una buena “calidad de
vida”
Para
conservar esa calidad de vida en todas las edades y se maneje un sueño continuo
que puede estar comprendido entre seis y ocho horas diarias de un solo impulso,
es necesario disponer de una disciplina de nuestro tiempo, para conseguir
primero el tiempo necesario para poder dormir una jornada completa y segundo
disponer de la tranquilidad completa para descansar, ya que el sueño aporta una
recuperación a la vez física y nerviosa.
El
tiempo que empleamos en dormir ocupa una parte tan importante de nuestra
existencia que debería suscitar gran interés y grandes cuidados. En la realidad
no ocurre así, ya que la actividad exalta la acción y la vigilia. Hoy en día
millones de hombres y mujeres duermen menos y roncan más, les abruma el
insomnio y se pasan la noche dando vueltas en la cama, observando el reloj y en
ocasiones rezando hasta llegado el amanecer. Les afecta mucho una epidemia de
fatiga que puede enfermar a la gente de
estrés que se produce por preocupaciones en el trabajo, intolerancia al manejar
su vehículo y a los adultos les acelera un envejecimiento prematuro.
Muchas
personas acuden a la ayuda profesional, sobre todo ahora que el insomnio puede
ser vencido con éxito sin necesidad de recurrir a fármacos, aunque muchas veces
es producido por falta de tiempo para dedicarlo al sueño, que es una necesidad
básica. La incidencia de no dormir bien, puede ocasionar una serie de
malestares, destacando el mal humor por padecer insomnio por varias semanas,
otros padecen la falta de sueño casi a diario y hay personas que aunque duermen
bien, no descansan lo suficiente por las pocas horas que dedican al sueño o se
acuestan demasiado tarde por necesidades familiares o laborales.
Algunas
veces cuando hemos sufrido insomnio, se puede atribuir a diferentes causas,
sobre todo cuando las preocupaciones son mayores, originadas principalmente:
por el fallecimiento de un familiar cercano, por un divorcio, por una crisis
nerviosa, por algún accidente sufrido, o por un problema laboral al existir la
posibilidad de llegar a perder un empleo. Se dice todo el tiempo que se pasa en
la cama sin poder dormir y tratando de conciliar el sueño sin resultado alguno,
es contraproducente y no hace sino empeorar el problema.
Hay
ocasiones en que la gente cuando duerme mal, acostumbra reponer el sueño con
dormir una siesta que puede durar de media hora o un poco más, donde se
recupera con un sueño lento y muy profundo. La siesta puede estar de acuerdo
con nuestro buen ánimo. Las primeras horas de la tarde pueden ser las más
adecuadas para conciliar el sueño con mayor facilidad, mejor que a la hora
habitual de acostarse.
Lo
importante es dormir bien para descansar mejor y recuperar con el sueño, las
energías que hemos usado en nuestras diversas actividades diarias porque todo
ello contribuye a disponer de una buena salud.
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