Todos los tiempos son agradables sobre todo en estas fechas que han sido días muy movidos y que nos permiten estar unidos aunque sea en pensamiento ya que físicamente debemos atender nuestras actividades personales de acuerdo a nuestros compromisos laborales o de cualquier otra naturaleza, que ocasiona el mes de septiembre pero según parece volvemos a la realidad.
Las investigaciones han demostrado que compartir pensamientos de gratitud y realizar actos de bondad puede mejorar el estado de ánimo y tener otros efectos benéficos en la salud. Sabemos que la gratitud tiene un efecto positivo en la felicidad que aumenta la satisfacción con la vida, es uno de los mejores predictores de felicidad.
Quizá sea una especie de confianza de que puedan afrontar el paso del tiempo y enfocarse en las cosas correctas. Y qué pasa con los receptores de gratitud. Los estudios han confirmado que las personas que reciben mensajes de agradecimiento, o actos de bondad, reciben a cambio actos positivos con sorpresas felices. Los receptores de actos de bondad o de gratitud inesperados, son más propensos a devolver el favor o a realizar actos similares.
Cuando alguien está agradecido es dos veces más probable que ayude a otros, tal vez porque disfruta sentirse socialmente valorado. Al principio tienen dificultades para identificar las cosas buenas que les ocurren. Poco a poco su cerebro aprende a apreciar más, de manera que su sensación de gratitud aumenta. Y cuando el estudio se termina las personas siguen llevando el diario porque les resulta muy gratificante hacerlo.
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