viernes, 18 de junio de 2021

LIBÉLULAS EN EL TIEMPO.

 En estas mañanas de otoño, entre salidas de sol y un poco de lluvia, se empiezan a ver en nuestros jardines, algunas libélulas de diversos colores que agitan sus alas sobre las plantas y rasgan el aire en mil direcciones, unas son rojas, finas y delgadas como agujas en un pajar.

 Las cuatro alas de esa especie, que parecen de frágil celofán muestran complejas nervaduras, son flexib
les y diseñadas para producir una variedad de efectos aerodinámicos. Para producir un despegue rápido, y agitan sus alas en forma alternada.

Poseen además una vista prodigiosa, cada uno de sus ojos compuestos, consta hasta de 30.000 ojos simples que les dotan de un campo visual de casi 360*. En poco más de un segundo, una libélula posada en la hierba puede detectar un mosquito a un metro de distancia y lo atrapa.

 Como muchos insectos no son inocuos se considera en forma de jeringa de hasta 12 centímetros de envergadura y ojos fulgentes. Pero hoy sabemos que no es peligroso. La punta de su abdomen no es un aguijón. En el macho es una especie de gancho y en la hembra el órgano con que pone huevecillos.

 Los ojos de la libélula son brumosos y profundos, como la bola de cristal de un adivino y después coloridos destellos. Unas manchas negras que parecen pupilas, simulan verme fijamente, como preguntando quien soy y que lugar ocupo en la historia del planeta.

 Ver esos ojos es como remontarse al principio del tiempo, cuando las libélulas ya estaban aquí, antes que algunas de las montañas más antiguas, y que no aparecían los pterodáctilos, cuando algunas de sus habilidades para el vuelo ya habían evolucionado. Los fósiles muestran en sus días de esplendor, las libélulas tenían la envergadura de un cuervo.

 Quizá esa habilidad para devorar mosquitos sea una de las razones por las que ha empezado a mejorar su reputación; las pupas de mosquitos se cuentan entre los alimentos favoritos de las larvas de libélula. Supongo que fueron testigos del surgimiento y extinción de los dinosaurios, de la llegada de esos otros seres voladores, las aves, y de la evolución apenas reciente de la especie humana.

 

 

 

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