LA FELICIDAD NO CAE DEL CIELO.

Yo no fui especialmente un niño feliz, pero trataba de encontrar siempre mis ratos para juegos y distracciones, sin embargo un día caí n la cuenta de que había tomado el camino fácil, lo verdaderamente meritorio es luchar por ser feliz.

El concepto de esforzarse por ser feliz sorprende a muchos. Pensamos que d la felicidad es un sentimiento resultante de las cosas buenas que nos suceden las cuales casi nunca dependen de nosotros. Hay muy poca relación entre las circunstancias en que uno vive y la felicidad.

Es todo lo contrario la felicidad depende en gran medida de nosotros, es un combate que uno debe ganar, no un sentimiento que se espera con los brazos cruzados. Ahora bien; para llevar una vida más dichosa, debemos buscar siempre los momentos más agradables y gozarlos plenamente.

Casi todos tenemos un concepto ideal de la vida, porque no siempre las expectativas del trabajo, de la pareja o de los hijos, satisfacen esas expectativas. Otro recurso estriba en comprender que la felicidad, es producto de otras cosas.

Entre las fuentes más comunes están los intereses que dan sentido a nuestra vida, como es el caso de las personas que tienen otras distracciones, los aficionados a un deporte, los viajeros permanentes y otros. Cuantas más pasiones cultivemos, más felices seremos.

Todos los seres felices rebosan gratitud. La felicidad está fuera del alcance de los desagradecidos, es cierto que algunas personas se quejan cuando se sienten infelices, pero es más cierto que quejarse hace a la gente infeliz porque con eso no se demuestra nada.

Está por último la creencia en algo permanente que nos trasciende el convencimiento de que nuestra existencia tiene un sentido profundo. Necesitamos fe espiritual o religiosa, o una filosofía de la vida.

Cualquiera que sea deben contener el siguiente axioma: “Si resuelves fijarte en lo positivo de todo, serás bienaventurado; si en cambio, resuelves fijarte en lo negativo, serás desdichado” Al igual que con la felicidad tú puedes definir tus conveniencias.