jueves, 7 de junio de 2018

PRIMER MEXICANO PREMIADO EN MOSCÚ.

Isaac Hernández  en Moscú.

Después de tantas noticias negativas que hemos recibido de los medios, así como el bombardeo de los anuncios diarios que nos endosan los candidatos a presidente de nuestro país en fechas recientes, por fin se recibe una buena información que es noticia y que debía darse en las primeras planas de los periódicos y mencionarse con todo detalle del bailarín mexicano en ganar un “Benois de la Danza” otorgado en el legendario Teatro Bolshoi de Moscú.

El premio le fue otorgado tras haber sido nominado por dos interpretaciones: la versión del clásico Don Quijote, bajo la dirección de Mikhail Baryshnikov, y por su actuación La Sylphide, de Frank Anderson. En su cuenta de Twitter, Isaac Hernández expresó su sentir tras recibir el reconocimiento en Moscú y expresó: “Lo dedico a todo el público mexicano que siempre me acompaña, a mi familia y a todas las personas que han sido parte de mi vida y mi camino que de una manera u otra me han impulsado a ser mejor persona y por consecuencia mejor artista”.

Al recibir esta distinción está considerado como uno de los máximos exponentes del ballet mundial, con una excepcional y exitosa carrera a nivel mundial que lo ha llevado a ser reconocido por los más destacados conocedores, como uno de los bailarines sobresalientes en estas fechas, en la historia de la danza internacional para él y para México.

 Como máxima figura del ballet en la historia de nuestro país, comentó: “Es para mí un honor y un orgullo representar a México dignamente en el mundo. Ser el primer mexicano en la historia que gana este importante premio es muestra de que todo se puede alcanzar si perseveramos en nuestros sueños”.

La premiación, tampoco quedó exenta de críticas, pues miembros del jurado usualmente directivos de grandes empresas volvieron a decidir sobre sus propios bailarines, lo que ya ha sucedido en ediciones anteriores. Estar entre los Benois es un paso adelante para todos los bailarines mexicanos y da la seguridad de que nada es imposible. En el caso de Isaac Hernández, demostró que un niño hace muchos años, aprendió Don Quijote en un piso de triplay en un patio de Zapopan, demostró por ejemplo que el Bolshoi es alcanzable.

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