martes, 29 de mayo de 2018

LA TECNOLOGÍA CAMBIA LA VIDA.


Durante los últimos cincuenta años ha cambiado mucho el estilo de vida y los cambios se apreciaban más rápido que hoy en día ya que en  los años setentas, la televisión estaba en sus albores debido a que apenas empezaba a entrar a los hogares mexicanos. Quienes tuvimos oportunidad de vivir esos años, recordamos que en pocos lugares se notaba la entrada de este progreso y modernidad.

Recuerdo que para mucha gente empezaba a darse cuenta como se desarrollaba una corrida de toros, un juego de futbol entre equipos de liga mayor, un juego de beisbol, los espectáculos de lucha libre y de box, que muchas veces alcanzábamos a escuchar la radio cuando estaban en su apogeo los cronistas como “El Mago Septién”, Angel Fernández, Jorge “Sonny” Alarcón, Fernando Marcos, José Ramón Fernández Entre otros de la larga lista que surgieron en televisión.

Con el pequeño contenido en que empezó la televisión, penetró paulatinamente a los hogares mexicanos como señal de progreso y modernidad y con ello la pantalla chica no competía con la vida real, pero sí llegaba mucho a la armonía del hogar, desplazando poco a poco a la radio que por muchos años había ocupado la atención del público en sus diferentes edades.

Por aquellas fechas las ciudades eran muy seguras y veíamos los espacios públicos llenos de familias con sus hijos o simplemente los niños y jóvenes que se reunían en diferentes sitios para practicar algún deporte no importando su edad y sin riesgo de algún extravío o pérdida de domicilio por alguna causa de otra naturaleza.

Hoy en día los niños ya no necesitan salir a jugar aprovechando el sol, el aire y la posibilidad de compartir con otros niños en la cordialidad de grupos amistosos; sino solamente se conectan a jugar en sus diferentes equipos electrónicos, permaneciendo horas en esa actividad en perjuicio de su salud física.

Con el apoyo de los equipos electrónicos, ahora hemos modificado muchas conductas y rutinas, como es el caso de que no existen las oficinas de telégrafos y el servicio de correos se ha limitado tanto su actividad, al grado que muchas gentes no conocen una Oficina postal porque nunca la han necesitado.

Suplantación de hábitos, ya no decimos con euforia  “feliz cumpleaños” ni damos abrazos de felicitación, simplemente lo escribimos en una pantalla y anexamos un simpático recuadro alusivo con lo que damos por concluido nuestro entusiasmo. Los niños de corta edad, ya manejan con eficacia los teléfonos electrónicos y los adultos portan para todos lados su “celular” eliminando totalmente los teléfonos fijos que la empresa telefónica instalaba en las calles para el servicio público.

Hemos evolucionado muy rápido y las costumbres se han modificado en los últimos 25 años, por lo que la persona que no se actualiza y no se adapta a los avances tecnológicos, no solamente vive en el pasado, sino que puede considerarse como analfabeta de la electrónica.





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