viernes, 18 de mayo de 2018

CELEBRACIÓN DEL DÍA DEL MAESTRO.

Facultad de Contaduría y Administración. UNAM.

El día del Maestro que se celebra el 15 de Mayo ha sido utilizado actualmente para: inconformarse, protestar, presenciar marchas de maestros y manifestarse con toda clase de argumentos para exponer su descontento y mostrar poca disposición en la labor que tienen encomendada.

Con estos antecedentes encontramos con frecuencia manifestaciones de un reducido número de mentores que dejan mucho de ser Maestros y que ponen en evidencia a los que verdaderamente se entregan a la labor docente que exige mucha dedicación para beneficio de la niñez que en breve tiempo serán los encargados del manejo de la gobernabilidad de este país.

Yo recuerdo con mucho cariño a mis maestros de Escuela Primaria que se entregaban con todo interés a su labor y que no escatimaban ningún esfuerzo a la enseñanza con exposiciones claras y con métodos suficientes para exponer sus clases con mucho profesionalismo.

Muchos de los que fuimos sus alumnos, con el paso del tiempo y siguiendo sus ejemplos tuvimos la oportunidad de seguir sus métodos de enseñanza en el curso de nuestros estudios y después de la recepción profesional, el destino nos dio la oportunidad de formar parte de la generación de maestros en nuestras propias escuelas de las que egresamos.

Con estos antecedentes tuve la oportunidad de ser subdirector de la Escuela Superior de Comercio y Administración que egresé en el Instituto Politécnico Nacional por cinco años y después fui invitado a participar en la reforma educativa que se implantó en la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Nacional Autónoma de México, de la que soy jubilado después de 25 años de servicios.

Todo este andar me permitió estar muy cerca de los planes de estudios profesionales y contemplar la terminación de la carrera de muchas generaciones de egresados que actualmente se encuentran ubicados en puestos importantes en diferentes empresas y otros egresados atendiendo sus negocios propios o sus despachos profesionales.

Mucho queda por hacer y mucho depende de la formación que se imparta a la juventud desde los primeros años de escuela, con la disponibilidad de profesores que se entreguen con verdadera devoción a la enseñanza, para inculcar buenos principios de estudio a su alumnado  como decía el Papa Juan Pablo II en una de sus visitas a México: “La juventud es el tesoro de esta Nación”






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