lunes, 31 de julio de 2017

DESTACADO MÉDICO NEUROCIRUJANO MEXICANO.

Tuve oportunidad de informarme por medio de los medios de comunicación, de un indocumentado mexicano Alfredo Quiñones que a los cinco años de edad ayudaba a su padre quien trabajaba en una gasolinera en Mexicali y conforme fue creciendo realizaba varios trabajos.

A los 19 años de edad pasó a los Estados Unidos como indocumentado y primero trabajó como campesino en el norte de California y luego trabajó como soldador en su juventud.

Durante ese tiempo empezó a estudiar el idioma inglés y después tuvo oportunidad de legalizar su situación migratoria. Más tarde fue aceptado en la Universidad de California en Berkeley y continuó sus estudios en la Escuela de Medicina de Harvard.

Actualmente el doctor Alfredo Quiñones es un destacado médico neurocirujano de 50 años de edad, que ha practicado más de dos mil quinientas operaciones de cerebro y forma parte de uno de los expertos de la Clínica Mayo, aunque la vida para él no le ha sido fácil.

El doctor Quiñones comenta que las mismas manos que trabajaron en varias actividades en el campo como fue levantar verdura, ahora las dedica a cirugías para salvar vidas y desde luego está en lo cierto. Sus manos son morenas, pequeñas y delgadas, lavadas miles de veces para realizar sus cirugías como neurocirujano.

Por conducto de la Fundación BRAIN, el doctor Quiñones anualmente se da tiempo para viajar a Guadalajara y a la Ciudad de México para practicar cirugías a personas humildes de bajos recursos. Ha de ser interesante tener oportunidad de platicar con él ya que entre sus proyectos, tiene planes en sus laboratorios de investigación, para encontrar un remedio que pueda curar el cáncer cerebral.

Su frase favorita es “Vamos a cambiar el mundo” y por supuesto que eso lo aplica en sus cirugías, ya que siempre demuestra que eso es posible cuando lo hace. Además, su actividad la realiza con otros inmigrantes  como él, de todas partes del mundo.

Diversas personas que son importantes en la vida política y económica en los Estados Unidos han acudido a consulta con el doctor Quiñones, lo cual debe ser muy satisfactorio que un indocumentado mexicano destaque en esos niveles médicos, donde en estas épocas en que destacan tanto las cosas materiales, es alentador saber que uno de los neurocirujanos más talentosos del mundo ocupe esos niveles médicos en la rama mundial.


Es una práctica que después de la cirugía realizada, se da el tiempo suficiente para para tomar la mano de su paciente y con un apretón, le dice “Todo está bien” Tal vez médicos de esa categoría sean muy pocos los que existen.


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