martes, 10 de septiembre de 2013

NECESITAS APROBACIÓN EXTERNA.


Rompe las Ataduras.
Cuántas veces hemos recibido algunas notas por nuestra actuación en alguna actividad en que hemos participado y a cambio nos vemos distinguidos por nuestras amistades o asistentes a los eventos, con cumplidos y opiniones gratas, que nos hacen estar muy satisfechos por toda la aprobación externa que se nos ha otorgado. Lo cierto es que esas demostraciones son gratas, bien recibidas y en nuestro fuero interno nos agradó el envío de que fuimos objeto. En el caso de personas famosas que viven de sus actuaciones y del aplauso, este frecuente reconocimiento se vuelve una costumbre en sus presentaciones, lo que les deja muy complacidos, la adulación les resulta deliciosamente agradable.

Esta situación se refleja en los eventos de muchos de nosotros en nuestras decisiones personales, cuando nos hemos dejado llevar por opinión de otras personas, y queremos nos digan qué hacer para tomar una decisión y siempre con la aprobación de personas externas que deben darnos las  respuestas a nuestras decisiones. Si fuera tu caso y permites que las opiniones de los demás influyan  en tus actos y en algún momento no consigues su aprobación, tendrás toda la razón del mundo para sentirte deprimido, culpable e indigno, puesto que te estás demostrando que “ellos” son más importantes que tú mismo.

En esos casos la “búsqueda de respuesta”, se debe hacer con cuidado porque la aprobación se convierte en una necesidad, donde esperas una respuesta externa que nunca llega y lo único que te deja son dudas y quebrantos. Si ese tercero no muestra interés y desaprueba algún proyecto, inmoviliza tu actuación aunque sea levemente. La necesidad de la aprobación externa está mal, pero se llega al verdadero problema cuando esta petición se convierte en una necesidad tuya para lograr algún propósito que tú debes encarar.

Lo importante de esta reflexión es que debes confiar en ti mismo para tomar las decisiones que sea necesario llevar a cabo, de otra manera le estás dando mayor importancia a la opinión de los demás que tu propia valoración. Debes ser muy cuidadoso, porque representa una trampa peligrosa, y lo debes evitar al aceptar consejos, es que estás concediendo el control de tu opinión a los demás, lo cual resultará desastroso, al admitir opiniones de diversos lados y estarás eliminando con ello tu voluntad propia.

Debes cuidar mucho que tus decisiones sean fijas y puede ser que escuches sugerencias de esas personas externas, pero finalmente al emitir tu opinión, sea la tuya la que expongas y la hagas valer en todo momento, porque el apoyo y aprobación recibido, puede ser un recurso de manipulación, demostrando que son más eficaces las opiniones ajenas que a las tuyas y muchas veces lo haces por recibir halagos y reconocimientos, a cambio de ser manipulado por los demás.

Recordemos un poco cuando fuimos niños, siempre éramos inducidos por las opiniones de nuestros padres, a quienes obedecíamos con frecuencia a pesar de que muchas veces no estábamos de acuerdo en todo. Con ese razonamiento crecimos con la tendencia de pedir opiniones para actuar, y en la medida que nos fuimos instruyendo en el tiempo transcurrido y cursando alguna actividad profesional quedamos capacitados para tomar decisiones en nuestra vida personal.

Por esta razón debemos utilizar nuestra libertad y el libre albedrío para decidir en nuestra vida con lo que más nos conviene hacer, sin necesidad de estar expuestos a recibir aprobación externa para ejecutar nuestras actuaciones.

 

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