jueves, 25 de julio de 2013

CREA TU PROPIO ESTILO DE VIDA.


Es muy agradable llevar una vida hermosa y elegante, sin tener que disponer de un presupuesto de gastos, esto puede ocurrir cuando el dinero lo manejas sin limitación alguna y no te interesa aprender lecciones que te limiten a un ajuste de privaciones. Esta situación la hemos visto en muchas personalidades que actualmente se han dedicado a la política y es el caso de aquellos que han venido de menos a más en forma rápida, pero el hecho de tener dinero y gozar de él en grandes cantidades, y el vivir rodeados de objetos valiosos, no garantiza una vida feliz y placentera. El hecho de que ellos mismos reciban una noticia dolorosa, no se consolarán más fácilmente por el hecho de echarse a llorar sobre un cojín de seda.

Pueden ser muchas las acumulaciones de bienes materiales que les distingan sin disponer de momentos de paz interior. Esto es equivalente a morir de sed cuando vas atravesando un desierto con un cargamento de agua y víveres. Si es importante evitar la pobreza material, debes tener cuidado con poseer la pobreza espiritual, porque es la que constituye la base del sufrimiento. Si deseas crear un mundo de realidad mágica para ti, debes tener el propósito de crear una forma de conciencia espiritual dentro de tu ser y después conceder que sea el propio universo el que la rija a perfección.

Debes crear en tu mente un sistema que te permita imaginarte viviendo una vida próspera, de las cosas materiales que necesitas y que puedas precisar, alejando las carencias de tu mente y rechazando a tener pensamientos negativos que se opongan a tus deseos. Cuando uno de tus antiguos pensamientos de privación te aborde, elimínalo cambiando de idea y pensamiento, por un formato de prosperidad como una expresión mágica que te recordará que debes seguir adelante. Puedes utilizar la expresión “el siguiente”, como una expresión mágica te recordará continuar con la magia de la fe y no de la angustia de la duda.

Cuando comprendas que puedes vivir sin muchas cosas y con menos compromisos, puedes pedir lo mejor a la vida, porque posees el don del discernimiento. Te vuelves más paciente, lo cual te permite y te enseña a vivir con dignidad y gratitud, sabiendo que al fin obtendrás lo que deseas. Eres capaz de crear una vida auténtica sobre todo para ti y para los que te rodean, porque eres libre de tomar decisiones conscientes y responsables.

Debes considerar que la vida no solamente es acumulación de bienes materiales y la producción a nuestro alcance de satisfactores útiles que nos brinden confort y comodidad, porque yo supongo que muchos de nosotros conocemos casos de personas con suficiente dinero pero sin ningún propósito de vida. Actores y actrices famosos que afectos a la adicción a las drogas y a la buena vida, se suicidad cuando se encuentran en lo máximo de sus carreras. Hombres de negocios emprendedores acosados por el temor y enfermos de úlceras y poseedores de miles de problemas, ponen fin a sus vidas a causa de fracasos comerciales. Ganadores de la lotería destrozados por el alcoholismo y que terminan en la ruina y sin amigos; otros más que se suicidan a pesar de tener cuentas bancarias inimaginables.

Todos estos son casos demuestran el hecho de que la riqueza es la razón de sus actividades y la calidad de vida la basan en las acumulaciones de su riqueza en comparación con otros y así la prosperidad es imposible. Viven dentro del sufrimiento como único medio de iluminación. Cuando tienes un propósito en tu vida, haces aquello que sabes es tu misión y te olvidas de lo que pueda llegar a tu vida en cuanto a bienes materiales, éstos ya llegarán en su oportunidad a ella en cantidad suficiente como para proporcionarte una vida de prosperidad, de gozo y alegría.

Tal vez existe mucha avaricia de tu parte en lo que se refiere a tu propio cuidado; y si tuvieras un poco de amor contigo mismo, aplicarías a tu persona un poco de creatividad, para que tu vida empiece a florecer como una planta dirigida hacia la luz. Para conseguirlo, deberás introducir varios cambios en tu existencia, cuando se trate de “cambios positivos”, es posible que para hacerlo debas acceder a cambios trillados y conocidos, pero tus nuevas rutinas resultarán cómodas y te favorecerán en todas las actividades que inicies y desarrolles.

Ya decía León Tolstoi cuando creía que “la verdadera vida se vive cuando ocurren pequeños cambios” y en este caso  podrían ser: ¿Cuántas horas de sueño te concedes? ¿Caminas con frecuencia o haces suficiente ejercicio? ¿Has concedido alguna justa oportunidad a la meditación? ¿Cuántas horas dedicas a ti en la semana? ¿Cuántas ocupaciones personales desarrollas que te proporcionen placer? ¿Acostumbras reírte con frecuencia? ¿Te cuidas y te respetas a ti mismo? Como observas son pequeños cambios, pero en todo caso son necesarios … para llegar a gozar de “la verdadera vida”.

 

 

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