Planta Trepadora. |
Algún
ecologista me puede objetar lo que una planta puede sentir o no, tenga alma o
no la tenga, o alguna otra incidencia propia de un jardinero con mucha experiencia en el cuidado que se
debe tener hacia las plantas; lo cierto es que por un acontecer de la
casualidad, mi esposa dejó en mi baño dos macetas con plantas que por nombre sé
que les llaman guías de teléfono como
un motivo de decoración y empecé a notar su crecimiento con el paso de los
días. Primero no les hice mucho caso, pero me empecé a acostumbrar a su
compañía, que se encontraban en una plancha donde suelo arreglarme diariamente
Empecé a observar que necesitan: luz, agua, aire, temperatura adecuada y mucho
cuidado para no maltratarlas.
Con
este antecedente les empecé a atender con regarlas dos veces por semana, abrir
la ventana para que reciban aire y sol y en algún momento les hablaba al notar
su crecimiento y puedo creer que se acostumbraron a que las atendía y
respondían con su crecimiento a base de guías cada vez más grandes que salieron
de la maceta y se extendieron con frondosas hojas que embellecieron el lugar.
Para
mí que diariamente las veía y que me dieron mucha tranquilidad, así como paz
interior que se logra mediante la comprensión y aceptación de las inevitables
contradicciones de la vida: el placer, el éxito y el fracaso, el júbilo y la
tristeza, los nacimientos y los decesos y otros tantos aconteceres que nos
enseñan a ser humildes y pacientes.
Me
acostumbré a cuidar las plantas que me proporcionaron la excelente oportunidad de
practicar el afecto incondicional y tuve el sentimiento de que el amor
incondicional hace nacer sensaciones plácidas tanto en quien lo da como en
quien lo recibe.
Yo
no entiendo mucho de estas experiencias, pero sí considero que las plantas sí
presienten cuando algo está a punto de ocurrirles y prueba de ello es que
cuando nos preocupamos por arreglar nuestro jardín, ello puede contribuir en
forma importante para conservarlo verde y próspero. Lo importante de esta
acción, es que fijes tu atención de cómo te sientes al ofrecerle a tu planta tu
cariño y atención incondicional. Cuando das este tipo de afecto, jamás te
sientes irritado y agitado ni con prisas, simplemente sientes que la quieres y
la proteges y puedes dedicarle un pensamiento agradable por lo menos una vez al
día.
Además,
puedes reflexionar cuando atravieses unos prados, si tienes cuidado de apreciar
el contenido de los letreros cuando te indiquen “No pise el césped” puede ser que surja en ti la duda si al hacerlo,
con tu actitud ¿estarás lastimando los sentimientos de alguien?
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