Los
Reyes Magos es el nombre por el que la tradición cristiana denomina a
los Magos, nombre que reciben los miembros de la iglesia que se distinguían por
sus avanzados conocimientos en el antiguo oriente y que con motivo del
nacimiento de Jesús de Nazaret acudieron desde el oriente a rendirle homenaje y
según costumbre se comenta que le llevaron regalos.
Lo curioso es que hasta el siglo VI es cuando
se distingue a los tres magos con sus atavíos a la moda persa identificando por
sus nombres Melchor, Gaspar y Baltasar, representan distintas edades. Hasta el
siglo XV se dio a conocer que el rey Baltasar representa a la raza negra, y los
tres representan las tres razas de la
edad media. Melchor personifica a los europeos, Gaspar a los asiáticos y
Baltasar a los africanos.
En nuestro mundo ha surgido una tradición como
una parte de la religión catolica, aunque yo recuerdo en mi niñez más bien se
enfocaba a representarlos a base de los regalos que recibíamos el día 5 para
amanecer el 6 de enero y con emoción queríamos llegar de la escuela a medio día a casa para jugar toda la
tarde hasta el anochecer.
La tradición decía que debíamos dejar un zapato
usado en una caja vacía en la sala de casa por la noche del día 5 para que
amanecieran los regalos el 6 y antes que nada por la mañana corríamos con toda
emoción a buscar los regalos, con una
nota indicando “que debíamos mejorar
nuestra conducta” entre otras cosas más gratas.
En la escuela eran días de muchos comentarios
con los compañeros: por la cantidad de juguetes, su tamaño, colores, clase, de
cuerda o manuales. En aquellas fechas (antes de la segunda guerra mundial) la mayoría de juguetes
fueron de cuerda para accionarlos. Los manuales: trompo, yo-yo, balero,
cochecitos, pistolas entre otros. Sin faltar balones y accesorios de béisbol
que fue el deporte favorito.
Las añoranzas de esos tiempos son recuerdos muy
gratos porque la mayoría de juegos se hacían al aire libre y bajo el sol lo que
ayudaba mucho a que desarrolláramos el ingenio para disfrutar mucho mejor los
momentos de juegos.
En aquellas fechas no se conocía la televisión y solamente se utilizaba el radio.
Tampoco se conocía la electrónica, por lo que nuestros juguetes no ameritaban que
permaneciéramos encerrados para utilizarlos, manejábamos la imaginación para
sacar el mejor provecho de ellos al darles mejores aplicaciones para su uso y
utilizarlos en conjunto con otros compañeros de juegos a base de competencias y
marcadores. Soplaban vientos de tranquilidad.
Desde luego que para nosotros la llegada de los
Reyes eran fechas muy esperadas, aunque de antemano sabíamos que nuestros reyes
siempre habían sido dos los que nos querían y nos protegían y resentíamos
su rigor cuando era necesario, esos
sabios tratamientos y consejos nos formaron como gentes de bien y gracias a esas
muestras de amor y rigor nos guían hasta la fecha.
Ahora ya no están físicamente, pero siguen
disponiendo de esa magia con la que siempre me trataron, por eso los llevo en
la mente y con el corazón les doy las gracias y les bendigo en el lugar donde
se encuentren.
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