El Reino Mágico. |
Siempre
he tenido la inquietud de lo que soñaba Disney cuando fue dibujante de una
editorial con la invención de un ratoncito que rondaba por su oficina y ya
acariciaba el proyecto de un parque de diversiones que finalmente abrió en
California en 1955 y que denominó DISNEYLANDIA.
El
parque abarcaba 100 hectáreas y el costo inicial fue en aquellas fechas de 17
millones de dólares.
Para
realizar este proyecto, Disney asumió muchos problemas y tuvo que empeñar hasta
su seguro de vida para financiar el proyecto. Se comenta que alguien le
preguntó que si él era millonario, de inmediato contestó: yo creo que sí,
porque debo muchos millones de dólares. Pero no se intimidó ante esa situación
y con el tiempo disfrut un éxito enorme, ya que la respuesta fue atraer cerca
de diez millones de visitantes por año.
Un
decenio más tarde y ante el éxito conseguido en California, el plan fue más
ambicioso y adquirió cerca de ll.000
hectáreas en Florida central que cubre casi dos veces la superficie de la isla
de Manhattan el corazón de Nueva York. Este segundo parque tuvo un costo de 400
millones de dólares y fue inaugurado en octubre de 1971.
Este
lugar está lleno de asombrosas atracciones y el “Reino Mágico” posee de muchas de las atracciones de Disneylandia
pero todo en este lugar es mayor y mejor, por ejemplo el Castillo de la
Cenicienta es dos veces más alto que el de California, la figura de Abraham
Lincoln de tamaño natural con movimiento y habla electrónica en Disneylandia;
acá tiene otras figuras análogas de todos los presidentes norteamericanos desde
Jorge Washington en adelante.
Tanto
el mundo de Walt Disney como Disneylandia se originaron en los estudios de WED
(Walt E. Disney) Enterprises, situados en Glendale (California). En ese lugar,
dibujantes y arquitectos lo planearon todo, desde locomotoras de tamaño normal
y barcos fluviales, hasta las 86 figuras animadas del espectáculo del Ratón
Miguelito.
En
el primer año de estar abierto al público, su ingreso bruto fue de 139 millones
de dólares, y de los cuales, 50 a 60 millones anuales se dedican a mejorarlo.
Pero la verdadera arma secreta de Disney no solo es el dinero, sino la
imaginación, la energía y el afán de perfección.
Con
ese afán propio, en el Mundo de Walt
Disney, existen además otras empresas propias: de transportes, de
construcciones, teléfono, energía eléctrica, lavandería y dispone de un cuerpo
de bomberos. En conjunto el total de personal que trabaja en ese lugar asciende
a unas 10.000 personas.
En
mi caso, mi familia y yo hemos visitado esos lugares donde la fantasía y realidad se combinan tan
estrechamente que no es posible diferenciarlas. Mis dos hijos Daniel y Rafael
tal vez desde los 7 y 9 años de edad empezaron a visitar esos lugares que
disfrutaron plenamente y cuantas veces podíamos ir en vacaciones escolares, aprovechamos
para gozar desde la organización de los viajes hasta la llegada y estancia en
el reino del recreo, donde no sentíamos el paso del tiempo ni el cansancio y
tuvimos la oportunidad de llenarnos de gratos recuerdos que perduran en nuestras
mentes hasta estas fechas.