viernes, 4 de marzo de 2016

LA RIQUEZA DE NUESTRA NACIÓN.

Según versión expresa del Papa Francisco cuando llegó a nuestro país y después de la calurosa recepción de que fue objeto y al ser recibido por una calurosa bienvenida por los jóvenes, les expresó: Son ustedes la riqueza de esta tierra” y así lo expresó al Presidente de la Nación en su primer saludo al llegar. Y aclaró, “No dije la esperanza de esta tierra: dije “Su riqueza”

El Papa se refería a que todo el conjunto de jóvenes forman la riqueza del país, pero esa riqueza debe transformarse en esperanza y la realidad es que todos podemos vivir, pero no podemos vivir sin esperanza y para lograr eso, debemos valorarnos, o sea que la esperanza nace cuando se puede experimentar que no todo está perdido y para lograrlo es necesario hacer un ejercicio de empezar desde nuestra casa con nuestra familia.

Y acá es donde debe tenerse cuidado cuando en la familia o en tu entorno te hacen sentir que eres muy poca cosa y no vales nada y esa situación es muy dolorosa, ya que esa situación causa una angustia. Aunque también existe otra amenaza a la esperanza, la de hacerte creer que tú eres valioso cuando te disfrazas y utilizas ropas costosas de acuerdo a la moda vigente y confundes la importancia por tener dinero y esos signos te hacen sentirte feliz y es difícil en esa forma sentirte realizado. En el fondo de tu corazón, sabes que no eres digno de cariño, digno de capacidades y esa realidad tu corazón la intuye.

Yo recuerdo que en mis años de estudiante de la escuela primaria y en mi natal Orizaba, se nos decía que “Ustedes son el futuro de la Patria” y tal vez no entendíamos muy bien el porqué. Lo cierto es que se nos decía del compromiso de prepararnos con suficientes conocimientos adquiridos en la escuela para tener mejores herramientas y actuar mejor en nuestro futuro, gozando con mejores oportunidades. Yo así lo consideré y aproveché las oportunidades que tuve para continuar mis estudios.

Pero también mucho cuidado jóvenes cuando en su juventud, se les usa como medio para enriquecer a otros y solamente con fines mezquinos, utilizándolos con muchas promesas que finalmente no son reales y en esas condiciones es difícil apreciar debidamente la riqueza de la juventud, si solamente se les maneja como medio para operaciones ilícitas y que representan un peligro para conservar su integridad humana.

En ustedes radica la decisión de dedicarse a realizar actividades lícitas; o bien, dedicarse a ser simples mercenarios, realizando actividades de ambiciones ajenas que solamente conducen a la destrucción y eso solamente depende de ustedes que son los únicos que pueden realizar su vida y planear su futuro.

Consideren que el arte de ascender no está en cuidarse solamente de no caer, sino en no permanecer caído, al contrario, levantarse y seguir caminando: y si en su camino pueden ayudar a un compañero que resbaló, ofrézcanle la mano y háganlo con lealtad, poniéndose al lado de él y dándole fuerza con tus palabras de aliento. Esto es sembrando ayudas que en algún momento es lo que nosotros mismos vamos a recibir cuando lo necesitemos y lo más importante es seguir caminando.


Muchas ocasiones no disfrutarán de grandes riquezas y lujos de diferentes clases, pero siempre tendrán la frente alta y con mucha dignidad al gozar de un deber cumplido, sintiéndose fuertes y sintiéndose amados, integrando una familia que es la piedra angular de la riqueza que tienen siempre a su lado.


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