Se
sabe que una persona que vive 90 años habrá pasado 37.5 años durmiendo y habrán
ocurrido muchos cambios imprescindibles para lograr un buen sueño y haya tenido
un buen funcionamiento durante el día, aunque parece una contradicción porque
dormir nos permite estar despiertos y estamos despiertos para poder dormir bien
por la noche.
En
cambio, se conoce también que es indispensable dormir bien para gozar durante
el día de una buena calidad de vida, porque pasar una mala noche de sueño nos
hace pasar un día fatigados, poco concentrados y de mal humor y en cambio un
buen descanso se logra cuando las neuronas dejan de transmitir información para
permitir que el sueño que se origina en las estructuras profundas del cerebro puedan
aparecer, para lograrlo es necesario disponer de una relajación física, hasta
lograr una total inmovilidad del cuerpo.
Se
puede considerar que todos debemos dormir el tiempo suficiente para poder
reponer energías, porque está demostrado científicamente por expertos que se
dedican a investigar el sueño, que una persona que no durmiera nada, moriría en
un plazo no superior a siete días y
por este motivo el dormir poco tiempo o la mala calidad del sueño, puede causar
graves trastornos en la salud de la persona. La somnolencia en momentos
inadecuados es la señal de que el sueño
nocturno es de mala calidad. La persona con sueño durante el día, es
probable que durmió pocas horas o que durante la noche haya tenido un sueño muy
superficial.
Dormir
bien debe ser considerada como una actividad que se realiza a diario y por lo
mismo necesita cubrir determinadas rutinas. Repetir cada día determinadas
acciones nos prepara para pasar de la vigilia al estado de somnolencia sin que
nos percatemos de ello. ¿Te has dado cuenta de las rutinas que realizas
habitualmente antes de acostarte; de no hacerlo es posible que sientas cierta
incomodidad que te dificulte dormir, ya que el cuerpo se habitúa a ciertas
acciones que son los pasos previos para entrar al sueño por decir algunos como
leer, ver noticieros, escuchar radio, ver televisión poco antes de cerrar los
ojos.
En
cuanto a las posiciones para dormir las más comunes pueden ser dormir
recostados sobre el lado izquierdo y la otra posibilidad es dormir recostado
sobre el lado derecho. Cualquiera de estas dos formas son las más recomendables
tanto para adultos como para bebés. Nuestro cuerpo es demasiado sabio para
acomodarse a la posición más adecuada en el transcurso de toda la noche.
Disponemos de ligero despertares inconscientes que se producen durante la noche
y nos sirven para cambiar de posición. Estos movimientos impiden que por la
mañana despertemos con molestias dolorosas o contracturas que es lo que pasaría
si llegáramos a dormir en una sola posición.
Estos
breves despertares durante el sueño, pueden ser de seis a ocho segundos, con
una duración de no más de 30 en el caso de niños y adultos. En el caso de las
personas mayores la duración puede extenderse entre dos y cinco minutos que
pueden considerarse normales en lo que nos acomodamos en una posición más
cómoda, o simplemente nos cubrimos con alguna manta si tenemos frío.
Se
considera que no existe un parámetro en cuanto al tiempo para dormir cada
noche, porque las horas para dormir las determina cada quien en lo particular.
Pueden influir otros factores como la edad hasta los genes, aunque se desconoce
la exigencia de sueño que tiene el organismo, se considera que los lactantes
pueden necesitar dormir de 11 a 12 horas; un niño de 9 a 10 horas; un adolescente
de 8 a 9 horas; un adulto de 7 a 8 horas; y las personas mayores de 70 años de
5 a 6 horas cada noche.
Por
lo tanto te deseo: “Felices Sueños”
(NOTA:
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dirección siguiente: CON SALUD Y FELICIDAD-LARGA VIDA)
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