En
días pasados tuve una noticia desafortunada, al enterarme que un amigo y
compañero de escuela profesional, había fallecido siendo la causa principal de
su desenlace, por hipertensión arterial que en muchos casos es conocida como “el asesino silencioso” como causa
principal de la apoplejía y factor importante en los ataques cardíacos y la
insuficiencia renal. Comentaba con otros compañeros que su comportamiento de
salud había sido normal, no padecía enfermedad que le hubiera ocasionado
hospitalización y aunque un poco pasado en kilos pero ya nosotros nos habíamos
acostumbrado a su físico.
Yo
creo que a todos nos agradan mucho la sal en papas fritas en sus diferentes
formas, las galletas saladas, las anchoas, las salsas de soya o tabasco,
contienen mucha sal y si agregamos el gusto por el queso, los cereales, los
budines, los pastelillos, el atún, las sopas y verduras enlatadas, ¿todos ellos
como alimentos salados? Tal vez no los consideremos dañinos.
A
los productos lácteos que de por sí disponen de un alto contenido de sal, por
costumbre en la cocina se les agrega un poco más. Con frecuencia los comensales
acostumbrados a consumir alimentos ya preparados, y lo más dañino es el uso
excesivo de sal en grandes cantidades. Si tu intención es evitar solo el
consumo de alimentos de sabor salado, es posible que estés eligiendo alimentos con mayor cantidad de
sodio.
Una
mayoría de médicos recomiendan siempre
eliminar; o bien poco café y menos tabaco, porque la cafeína y la nicotina son
estimulantes y dañinos y que se limite también el uso de alcohol. Para eliminar
estos malestares recomiendan el ejercicio aeróbico y la práctica de la caminata
con energía, andar en bicicleta nadar y correr porque con ello se contribuye a
controlar el peso corporal y el estrés cotidiano.
Con
frecuencia la tensión arterial sube y baja, ajustándose a la clase de actividad
y al estado de ánimo de cada persona. Estos aumentos y disminuciones de presión
nos ocurre a todos, pero las oscilaciones son mayores en quienes padecen de
hipertensión. Muchos médicos cardiólogos que han realizado estudios
con mucha profundidad sobre la sal común en las dietas, han llegado a la
conclusión de que el gusto por la sal lo determinan hábitos alimenticios desde
tempranas edades. En el saber
popular, la gente se cuida de no tomar mucha sal y sobre todo los médicos
recomiendan un régimen de alimentación con poca sal, y con preferencia desde la
preparación de comida en la cocina, cuidar mucho el exceso de sal, evitando el
consumo de alimentos salados.
En
el caso de mi amigo, considero que sí abusaba mucho de la sal, en ocasiones
cuando platicábamos en algún restauran gozaba rociar el platillo sin haberlo
probado antes, y coincidíamos a que su obesidad se debía en parte al exceso de
sal en sus alimentos. Por eso, mucho
cuidado si tu afición es salar tus alimentos procura no utilizar más sal de la
que tiene la comida preparada y te la sirven en la mesa; además, de ser posible
evita al máximo los alimentos que ofrecen comidas preparadas y servicios de
comidas rápidas, ya que éstas son hechas por otras personas con sal en exceso, para
dar mejor sabor a sus guisos.
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