Cuando
vive uno en una ciudad tan grande como es esta ciudad de México, diariamente
nos enteramos de una serie de sucesos que pueden ocurrir a mucha gente y sobre
todo ocurren problemas con resultados fatales como pueden ser los accidentes de
tránsito. Se entera uno por noticieros de radio que un hombre murió por
accidente de tráfico cuando se dirigía a su trabajo y no sabemos si
acostumbraba decir a sus familiares “lo mucho que les quería” ¿Vivió bien? Tal vez lo único seguro es que aún tenía una lista
de pendientes que todavía estaban por acabar.
En
esos momentos pensamos que ninguno de nosotros tiene la más remota idea del
tiempo que nos queda por vivir. Doy la impresión que son pensamientos muy
fuertes, pero a lo que quiero llegar es que actuamos como si fuésemos a vivir
eternamente, posponemos muchos planes y proyectos que tenemos por realizar y
dejamos pendiente cosas que queremos hacer como: decirle a nuestros familiares
lo mucho que les queremos, pasar tiempo a solas, visitar algún amigo enfermo,
realizar un paseo, hacer una obra de caridad y tantas otras cosas que manejamos
como pendiente y nuestra salida es decir “algún día lo haré” “cómo me gustaría
aprender a meditar” “saber escuchar a las personas” y otras cosas más que no hemos llegado a cumplir.
Siempre tenemos argumentos muy elaborados para justificar nuestras acciones, y
acabamos dedicando más tiempo para hacer cosas que al fin y al cabo no son tan
importantes.
Nosotros
disponemos de la cultura occidental y nos vemos atrapados en la trampa de
prepararnos continuamente para ampliar nuestros conocimientos y con ello poder
ser más útiles y así transcurren los tiempos de la universidad, del matrimonio,
de los hijos, de las vacaciones, de un mejor trabajo, del dinero suficiente, de
la jubilación y así pasa la vida y pocas veces tenemos tiempo para atender
cuestiones personales como las que he citado antes.
Yo
considero que todas las edades son consideradas como el “momento
correcto” para realizar
nuestros proyectos, debiendo prescindir de los condicionamientos de nuestra
sociedad que nos ha impuesto la cultura solamente de capacitarnos para producir
y esperar para recoger resultados más tarde. Es una lástima desperdiciar tanto
tiempo de nuestra vida… ¡en la espera!. Lo mejor será disfrutar todos los
momentos con las pequeñas cosas que nos producen felicidad y sobre todo empezar
a disfrutar ahora, mientras se está llevando a cabo todo el trabajo.
Por
esta razón, considero que lo mejor es vivir este día como si en realidad fuera
el último de nuestra existencia, desde luego lo más importante es cumplir con
nuestras responsabilidades, lo más importante es recordar siempre que la vida
es lo más valioso que tenemos para que la tomemos demasiado en serio.
Muchas
personas mayores que alcanzan su jubilación y ya no desean continuar con las
rutinas diarias, esperan recibir los beneficios después de toda una vida de
trabajo. Al llegar a ese tiempo tan esperado, llega un momento que no saben qué
hacer y al verse desplazados, se sumergen en una depresión que no saben qué
hacer; algunos mueren y otros se suicidan. Jamás aprendieron a recoger el fruto
de su vida.
Cuando
comprendamos que en esta tierra el tiempo tiene un límite, en ese momento
aprenderemos con mayor facilidad a vivir en tiempo presente, aunque
mejorándonos cada vez más en la mente y en el espíritu. Así mismo yo he dejado
de tomar las cosas muy en serio y a eliminar aquellas otras que no son
importantes para mí, valorando cada vez más el día de hoy.
SUGERENCIA:
Deseo a todos el disfrute del campeonato mundial de futbol. Cuántos no tuvieron
esta oportunidad.
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