martes, 23 de abril de 2013

AYÚDATE A CUMPLIR TUS PROMESAS.


¡YO PROMETO!
Espero con estas publicaciones no tocar muchas puertas de promesas incumplidas. En ocasiones se necesita un entrenamiento adecuado para ayudarte a cumplir las promesas hechas en algún momento. Lo importante es reconsiderar lo que más nos conviene para nuestra salud, para nuestro bienestar, para mejorar nuestra conducta o simplemente para nuestro beneficio; pensar los pros y los contras y finalmente llevar a cabo lo que más nos conviene hacer.

Muchas ocasiones vemos personas que en sus empleos son muy estrictas y cumplen los compromisos que se comprometen a realizar y pueden atiender grandes proyectos empresariales, de investigación, de compra venta; o bien si son ejecutivos de alto nivel de sectores particulares o públicos y siempre cumplen oportunamente sus responsabilidades en las fechas asignadas.

Pero en sus vidas privadas, no sabemos si esa responsabilidad la pueden utilizar en la misma forma estricta para cumplir sus compromisos con sus familiares, con sus amigos, con sus amistades y lo más importante, con ellos mismos cuando tratan de fijarse ciertas disciplinas que deben cumplir para lograr un objetivo personal. Así por ejemplo, se trate de emplear el tiempo suficiente para iniciar una disciplina en forma más racional en actividades útiles para incorporar nuevos hábitos en mejora de su persona.

Esos nuevos hábitos pueden estar dirigidos a corregir algunas fallas de conducta en beneficio de su salud, si existe un caso de sobre peso y están tratando de eliminar algunos kilos, suele ocurrir que pesarse o mirarse continuamente ante un espejo puede resultar deprimente al darse cuenta que cuenta que disponen de veinte o más kilos de peso. Al proponerse iniciar nuevas dietas que consigan la pérdida de peso resulta tan lento conseguir su resultado, que no soporta la diferencia entre el objetivo y la realidad presente.

En el caso de practicar algún deporte y hacerlo en juegos de competencia, empiezan haciendo grandes esfuerzos y se muestran descontentos con la insignificancia y lentitud de su progreso y acaban desistiendo de sus propósitos, sucumbiendo a la frustración. Conocí el caso de una persona en un club deportivo y hablando de personalidad,  practicaba el squash y en las ocasiones que ganaba sus partidos estaba contento y de buen humor, pero no ocurría lo mismo cuando perdía los partidos porque estaba de mal humor y no se daba cuenta que participaba en un deporte y no en una competencia, con el inconveniente de que cometía trampas y se ganaba la antipatía de sus compañeros de club.

El método más eficaz, consiste en fijarse como único objetivo un cambio inmediato en el comportamiento. ¿Qué importa el esfuerzo que se haga al inicio del cambio si hoy se consigue comer poco? ¿Qué importa perder un partido de squash si se juega con valor y se ejercita el cuerpo? ¿Qué importa si en próxima fecha va a participar en una carrera de medio maratón y el día de hoy  en su práctica de rutina, solamente consigue caminar a buen paso durante una hora? Lo importante de todo propósito es fijarse objetivos y que pueda ufanarse de los resultados conseguidos para su mejora.

Es muy importante determinar nuestra propia imagen conociéndonos mejor. Fijar la expresión que tenemos de nosotros hoy mismo, que resulta  necesaria para pensar y decidir “qué podemos mejorar”. Un buen perfil nos permite concentrarnos en los cumplidos que recibimos y en los éxitos que logramos. Debemos eliminar siempre una mala imagen que nos orille a pensar “voy a fracasar” o simplemente suponer “no puedo hacerlo” este tipo de pensamientos nos conduce en forma inconsciente a sabotear los pequeños o grandes triunfos para estar satisfechos de nuestra conducta.

Los cambios siempre son difíciles, la mala imagen que tenemos desde niños, pretende perpetuarse en nuestras acciones y al proponernos a cambiar, surgen los viejos patrones de culpabilidad y auto denigración. Por eso debemos redoblar mucho el esfuerzo para mejorar nuestro perfil y disponer de una imagen saludable y positiva y actual, con la que nosotros mismos debemos sentirnos satisfechos.

Debemos disponer una saludable autoestima, es necesaria para cumplir mejor nuestros propósitos y al mismo tiempo debemos respetar a los demás para recibir el mismo trato. Cada logro obtenido por pequeño que sea nos permite sentirnos satisfechos y al mismo tiempo aceptar nuestras limitaciones, reiterando nuestro esfuerzo para hacer mejor las cosas en un futuro cercano.

Lo importante es no dejar incumplidas nuestras promesas, aunque los cambios para bien, siempre se consiguen con resultados muy lentos y no podemos contar con resultados inmediatos en plazos cortos, por esa razón es necesario reforzar nuestras buena voluntad  para conseguir los mejores  resultados.

 

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