Alguna
ocasión en un centro comercial leí el siguiente letrero “La recompensa dar es el
mismo dar” y aunque de momento no lo descifré, me llamó la atención al
grado de considerar que se refería a la “generosidad”
de pensar en los demás y no solamente en
nosotros mismos. Y aunque sin duda es cierto, y es una razón más que suficiente
para ayudar a otras personas o fundaciones.
Dar
es un don que considera una energía no solamente de ayuda a los demás, sino que
crea aún más para la persona que da. Esta es una Ley natural, y es muy
independiente si la persona que da, tiene conocimiento de lo que está ocurriendo.
El
dinero es redondo y sirve par “circular”
o sea que debe fluir en todos sentidos. Cuando
tienes miedo de dar eres egoísta y si lo atesoras todo para ti, materialmente
estás deteniendo esa corriente, ocasionando con ello que el dinero regrese en
tu dirección. Cualquier éxito que tengas se debe a pesar de que no des, no
debido a ello. La forma de volverlo a poner en circulación, es empezando a dar.
Por
esta razón procura ser generoso y con eso contribuyes a ayudar a los demás
mediante el otorgamiento de una generosa propina a quien te sirve, si puedes
paga bien a los demás y de preferencia puedes hacer donativos a organizaciones
o fundaciones que se dedican a realizar obras de caridad. Cuando tú devuelves,
observa lo que está ocurriendo, que sin sentir, las cosas empezarán a aparecer
de la nada.
Lo
mismo está pasando cuando llenas tu vida de amor y repartes afecto entre todos
los demás a quienes tratas. Dar y recibir está contenido en las dos caras de la
misma moneda que pones en circulación. Así, si repartes afecto y buen trato, es
lo mismo que recibes, si escuchas a los demás y distribuyes tranquilidad, es lo
mismo que vuelve hacia ti, si quieres amor, o diversión, o respeto, o éxito, al
darlo es lo mismo que tu estás recibiendo.
Este
intercambio lo realizas y no te das cuenta,
ni te preocupes por nada, puedes tener la seguridad de que todo aquello
que das, será lo mismo que regresará a ti y muchas veces con creces.
Alguna
vez escuché una anécdota que se me muy grabada y se refería a un comerciante
exitoso que procuraba siempre a hacer el bien a los de su comunidad y
diariamente recibía en las puertas de su casa, un numeroso grupo de indigentes
y personas pobres a los que les repartía en forma ordenada algunas monedas que
vendrían a resolver algunos de sus problemas económicos.
Había
observado como benefactor, que la fila crecía y debía disponer de mayor número
de monedas para complacer a todos sus socorridos. En algún momento estaban abusando
de su protección; con ese motivo y en algún momento, decidió hablar
con Dios para comentarle sus deseos y llegado el momento le expresó “Señor, esta situación de ayuda se está prolongando y la verdad ya me
estoy cansando de tanto dar” petición que Dios escuchó con detenimiento y
después de un prolongado silencio, le contestó “Tienes razón, yo también ya me cansé de hacerlo”
Esta
pequeña fábula nos hace entender que el “dar”,
es un flujo de la vida y no es mas que la interacción armoniosa de elementos y
fuerzas que opera como la “Ley de dar”
que no solamente es una ayuda que se otorga a los demás, sino también crea una
serie de satisfactores y beneficios para la misma persona que da.
Es cuando debemos entender que nada es estático, que esta ley también
podría ser llamada "Ley de Dar y Recibir" en donde no se puede
detener la circulación de la energía. El dar está basado en una energía que no
solo ayuda a los demás, sino que crea aun más para la persona que da, o sea el
benefactor.
El dinero es solo un símbolo de la energía de vida, que se está intercambiando, está en circulación y tiene que fluir, porque de otra manera cuando lo atesoras todo para ti, materialmente estás frenando su circulación. Como un simil, vale decir la circulación de la sangre que continúa su recorrido por el cuerpo y no se puede detener. En nuestro caso, estás creando una "cañería atascada" dificultando con ello que el dinero que se guarda en forma permanente, no puede regresar nuevamente en tu dirección. La manera de que vuelva a circular, es empezar a circularlo, siendo generoso, pagando sueldos justos, haciendo donativos a fundaciones y organizaciones destinadas para obras de caridad, dando una buena propina a las personas que nos brindan servicios.
El dinero es solo un símbolo de la energía de vida, que se está intercambiando, está en circulación y tiene que fluir, porque de otra manera cuando lo atesoras todo para ti, materialmente estás frenando su circulación. Como un simil, vale decir la circulación de la sangre que continúa su recorrido por el cuerpo y no se puede detener. En nuestro caso, estás creando una "cañería atascada" dificultando con ello que el dinero que se guarda en forma permanente, no puede regresar nuevamente en tu dirección. La manera de que vuelva a circular, es empezar a circularlo, siendo generoso, pagando sueldos justos, haciendo donativos a fundaciones y organizaciones destinadas para obras de caridad, dando una buena propina a las personas que nos brindan servicios.
Se observará que muchas cosas
agradables empiezan a suceder en la vida de la persona que practica estos
beneficios.
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