Con
frecuencia escucho de mis amigos…¡No tengo tiempo! ¡Estoy muy ocupado! ¡Mi
tiempo es muy limitado! y tantas otras exclamaciones que con frecuencia quiero
entender que tienen muy poco tiempo de vida. Al menos así parece. Jamás he
podido entender eso, de que estamos viviendo momentos de falta de tiempo.
Tal
vez yo veo las cosas con una óptica diferente, y sobre todo ahora que con la
tecnología actual, con tanto equipo que ahorra trabajo, se disponga de menos
tiempo para hacer labores de todas clases; aun así, la gente dispone de menos
tiempo para vivir como se hacía por lo menos en los años noventa, ¿Será porque
fue del siglo pasado? quiero pensar que así es, aunque en esas fechas ni
siquiera contábamos con teléfonos celulares, cosa que ahora las gentes
manejando un auto van haciendo “mensajitos” exponiéndose al riesgo que ya se
conoce.
Aprecio
ahora, existe una generación que se ha impuesto varios obstáculos en todos sus
niveles de vida y “sobreviven” tratando de superar esos mismos obstáculos que
con ello se imponen metas y sobre todo horarios que no pueden superar, y sí en
cambio, manejan un estado de estrés constante que ya en varios casos les ha
costado la vida por tantas imposiciones, por cumplir un ritmo de vida que
supera el ideario de Julio Verne con todas sus predicciones, por el estado de
ansiedad en que se vive.
Si
conduce uno un automóvil los choferes con facilidad agreden, si es en el
servicio público los pasajeros llevan unos rostros de “pocos amigos” si es en
algún cine o centro de diversión no se respeta la “privacidad”, y si uno
preguntara ¿a qué se debe?...a la falta de tiempo.
Reconozco
que me gusta comentar esta situación ante mis amigos y otros grupos de gente
joven; varios coinciden diciendo que en los tiempos actuales se vive en forma
diferente y que el trabajo está tan escaso que está considerado como una nueva
religión en donde cada uno cree en ella, para satisfacer el capricho, de
sobresalir en su mundo y con ello encontrarle sentido a su vida personal. Por esta
razón, cada quien trabaja para satisfacer un sentido de identidad; y, los
medios que se van construyendo para asegurar su futuro al momento de llegar su
jubilación en su vida de adulto mayor.
Al
considerar estas maneras de pensar y de actuar, es muy necesario que
recapaciten al continuar este ritmo de trabajo y de ejecutar diversas
actividades, traten de hacer todo al mismo tiempo, con presiones de varias actividades
que pueden ser productoras de estrés y tensiones que les traerán consecuencias delicadas
como puede ser: elevada presión arterial, un sedentarismo que fomente la
obesidad; o bien, trastornos cardiovasculares, complementado con la falta de
ejercicio adecuado.
Hay
varias cosas sencillas que pueden hacer para mejorar su vida, el problema
consiste en que con tantas cosas que pretenden realizar al mismo tiempo con premura
para sortear obstáculos adquiridos, se olvida hacer lo importante por lo
intrascendente. Tan agradable sería adquirir nuevas rutinas como y compartir esos
momentos agradables con los familiares, disfrutando aquellos momentos que tal
vez no se habían gozado antes y cuando pasan, es difícil que vuelva la ocasión
para que se repitan.
Por
esa razón las personas por costumbre siempre contestan: ¡No tengo tiempo!, ¡Mi
tiempo es muy limitado! y es posible que tengan razón, en un trance difícil,
ante un cuadro complicado de salud, han acertado al expresar que no tienen
tiempo: y sí es cierto, les queda muy poco tiempo…¡ porque la vida se les agota!
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