Todo debe funcionar bien. |
Estas acciones de respuesta se
refieren al fluir de nuestras vidas y las de otras personas, sobre las que no
tenemos ningún control ni podemos influir en forma alguna. Cuántas veces
hacemos todo lo necesario para ganar un concurso y preparamos a favor nuestro
los factores que intervienen en su decisión, pero suele ocurrir un hecho
inesperado de último momento y lo cambia todo. Lo peor de esta situación ocurre
cuando asumimos el papel de “víctima” y nos dura mucho tiempo la tristeza,
lamentando siempre ese resultado que no fue favorable. Estas situaciones de
inconformidad producen temores que con el curso del tiempo, crecen y producen
miedos de algo que no existe, sobre todo cuando no se está de acuerdo con el
resultado, donde un hecho inesperado puede llegar a cambiar nuestro la
respuesta.
En estos casos, es cuando se
deben ver las cosas con realidad y aceptarlas
como son, con una aceptación completa que demuestre nuestra conformidad
como un antídoto a los temores y miedos que nos produce, sea lo que fuere y lo
que le suceda a uno en la vida, lo importante es recuperar nuestra paz
interior, que dentro del comportamiento humano,
es lo más inteligente que se
puede hacer.
Esta idea puede sonar difícil
sobre todo cuando piensas en las posibles pérdidas y resentimientos que esto te
acarrea, pero ese es el momento indicado para cambiar de actitud y es cuando
empezarás a observar un cambio en tu conducta, cuando muestras la aceptación y
con ello se terminarán tus temores y miedos que siempre están presentes cuando
se sufren pérdidas y decepciones.
No aceptar las cosas, significa
estar en contra y este hecho te convierte en “víctima”, y con ello se rechazan
las oportunidades de crecimiento y produce un desgaste de energías con la
tensión que se produce al no aceptar el resultado. Es necesario recapitular que
actualmente ya estamos en un mundo en el que el peligro acecha en cualquier
momento y en cualquier lugar, ya sea en un Banco, en un centro comercial aun en
la calle, debemos extremar precauciones para no vernos mezclados en una letanía
de violencia y en discusiones ajenas a nuestra voluntad, es algo así que se
antoja darnos media vuelta y echar a correr en dirección contraria. Pero cuando
las cosas ocurren, lo mejor es hacerles frente, ya que no vale la pena escapar;
el peligro es y ha sido una realidad de la vida.
Existen muchos casos en los que
debe utilizarse el recurso de aceptar las cosas y esperar una respuesta casi
inmediata en momentos difíciles; por ejemplo en ciudades grandes, cuando los
embotellamientos de autos son frecuentes motivados por causas triviales, y
nosotros estamos sentados en el vehículo y muy molestos por no moverse del
mismo lugar, lo mejor es aceptar las cosas como se nos presenten, relajar el
cuerpo tranquilizarse, si es posible escuchar música, un CD inspirado que se
lleve en la cajuelita del auto, o simplemente pensar en cosas positivas o
sucesos gratos ocurridos en otro momento.
Si la finalidad es llegar puntual
a una cita de trabajo o simplemente el hecho de hacer esperar a otra persona,
es una demora que en otra ocasión será conveniente tomarse un poco más de
tiempo para estar con puntualidad. Debemos adaptarnos a los momentos actuales
que se están viviendo en el mundo y no perder la cabeza por el miedo. No
podemos cambiarnos de mundo ni tampoco de lugar, ya que llegaríamos a otro lado
igual o peor al que nos enfrentamos hoy. Lo mejor será plantearnos la siguiente
pregunta ¿Y si todo funcionara bien?
Debemos aprender que todo debe
funcionar bien, solamente así podremos librarnos de varias cargas, llegado el
caso en ocasiones, que hasta nos reímos de nuestros apuros y aceptamos la
realidad como es.
Todo debe funcionar bien.
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