¡SI! |
Cuando hablemos del “universo”
nos estaremos refiriendo a nuestro plan de vida que parece imponerse a los
planes y proyectos que tengamos en mente y actúa por sí mismo, interfiriendo
con nuestra forma de pensar como
quisiéramos que fueran los resultados. Esta situación se observa en la actitud
de varias personas que con sus conductas o sus respuestas, intervienen en
nuestra vida mediante procedimientos y formas en las que nosotros carecemos de
control. A eso se debe que muchas veces ante nuestros resultados previstos,
pueden moverse en otra dirección específica y ocurren hechos que desvirtúan la
realidad y surge la posibilidad de lo inesperado.
Debemos estar preparados a estas
situaciones y son las veces que debemos aceptar las cosas como ocurren y es
cuando debemos hacer un gesto afirmativo, diciendo “si” con la cabeza, aceptando otras posibilidades que nos ofrece
nuestro “universo” mediante otras maneras de ver el mundo, en forma más
tranquila y sin tantas complicaciones.
Cuando decimos ¡SI! no es solo es la expresión y esperar
un resultado, ya que decirlo lleva consigo una decisión producto de una manera
de pensar y estar conforme con un resultado que puede ser el mejor. De otra
forma y en caso inverso, al no aceptar y decir ¡NO! Equivale a bloquear una
respuesta y rechazar una oportunidad de crecimiento. Decir “no”, promueve una
situación de tensión por estar continuamente preocupados y con temores de que
las cosas no resulten como las estamos esperando y con desgaste de energías,
aumentando la carga que llevamos a cuestas.
¿Quién no ha tenido en el curso
de su vida una decisión importante? que le ha preocupado el resultado y cuando
le es favorable, se agradece, es aceptado y se disfruta. Cuando no es así, ante
un resultado adverso y no esperado, entonces la vida cambió y es cuando lo
importante es aceptar las cosas como son. Esto puede ocurrir: con la pérdida de
un familiar cercano, con la pérdida de un trabajo, en el caso de un divorcio, y
tantas otras cosas que suelen ocurrir ante momentos de temor, miedo y tristeza.
Con frecuencia nos oponemos a
todo lo que nos ocurre en la vida, aun pasando largo tiempo después, seguimos
renegando de -aquella vez que estuvimos a punto de conseguir algo y no lo
logramos-. Esto pudo haber sido un trabajo, una amistad, un premio (muchas
veces no merecido), una relación y tantas otras cosas que nos entristecen y por
supuesto nos acortan la vida cada vez que nos acordamos, solo por mostrar
nuestro desagrado y enojo.
En los casos de decisiones importantes, surge un miedo
de espera que finalmente se traduce en alegría o tristeza y que en ambos casos
debemos estar preparados a recibir un resultado final, con la misma serenidad y
no forzar las cosas con algún compromiso inoperante.... DILE ¡SI! A LA VIDA.
Muy bien! Darle el sí es abrirse a que más adelante esté la situación que buscamos. Tal vez todavía no nos hemos preparado para ella, pero viene en camino. Con lo que dices, si te niegas, tal vez también te niegas a recibirla más adelante. Gracias por la reflexión!
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