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Actitudes contra Estrés. |
En
el ambiente externo existen muchas formas de que tú mismo te inicias en el
estrés y es muy posible que ni descubras de que te empiezas a impregnar de una
información que no necesitas y que empiezas a saturaste de ese medio como es el
contenido en información publicitaria como son: periódicos, revistas,
noticieros en radio y televisión en sus diferentes horarios matutinos y
vespertinos y otros dispositivos constantes que complementan los comentarios,
conferencias de prensa, corrillos, círculos de café y tantos otros lugares
donde circulan los últimos comentarios de la “nota roja” que es común en
diferentes lugares que frecuentamos.
Una
sugerencia para salir ilesos del bombardeo de reportajes que estamos viviendo
en momentos actuales donde este tipo de referencias puede ser el centro de
información, debido a que con la frecuencia de sus datos, llegan a ser
responsables de nuestra contaminación dentro de la escala del estrés. Hablar
del estrés se ha convertido en una trampa muy socorrida para atraer nuestra
atención, con todo ese material gráfico y televisivo, les encanta obtener de la
última crónica con sus confidencias de esos percances.
Lo
cierto es que en esta ciudad tan grande como es la capital del país, donde todos
llegamos a estresarnos en algún grado, y no en la misma forma ni a todas horas
ni todos los días. No estoy muy de acuerdo en esas gentes que afirman que no
podemos conservar la cordura ni la calma cuando no hacemos otra cosa que
dedicarnos a vivir, por muy complicado que esto resulte.
Los
noticieros de esa clase de informadores que ponen a nuestro alcance noticias
intrascendentes pero escandalosas, pueden alterar más el estrés acumulado en
los fanáticos lectores, que ni siquiera los “spas”, los salones de masaje, centros de lectura, ni otros lugares
similares cuya finalidad es reducir el estrés,
sirven de mucho para neutralizarlos. La relajación que consiguen en esos
sitios es limitada. Lo más sensato es aceptar que la vida está llena de
pequeñas cosas y lo mejor que podemos hacer es vivir cada momento como la gente
acostumbra, imaginando cosas agradables
mediante un punto de vista feliz.
En
ocasiones nos quedamos con pendientes de cuestiones externas que no nos
corresponde resolver, como es el caso de nuestros hijos que ya manejan su vida
y trabajan fuera de casa. No tenemos la menor duda que su forma de vida, abarca
una gran parte de nuestro tiempo, debido a una ley de la paternidad, pero
también debemos considerar que cuando habitaron en casa y estaban bajo nuestra
tutela, los preparamos y recibieron formación suficiente para hacer frente a su
mundo, en la misma forma que nosotros (recibimos de nuestros padres) y tal vez
lo hagan mejor de lo que ya hicimos, sin dudar que cuando nos soliciten apoyo,
les estaremos dando toda la atención que requieran.
Cuando
iniciamos el matrimonio, fuimos una pareja con
diferentes sistemas de vida, diferentes actividades y dispusimos de
mucho tiempo que dedicamos a nosotros mismos. Con el transcurso de los años,
nuestros hijos crecieron y cuando se
marcharon de casa, nos dejaron un “nido
vacío” o sea que como pareja, volvemos nuevamente a disponer de tiempo para
nosotros como en un principio; y esa puede ser una razón muy importante para
gozar de espacios más completos pero con mayores vivencias, que nos permitirán
disponer de una vida más tranquila y que nos permita tener mayor tranquilidad
con la finalidad de conseguir la paz
interior más plena, hasta conseguir una realización anhelada.
Debemos
suponer que estar bien, es una forma de sentirnos bien con nuestro interior, y
conseguiremos una respuesta de indiferencia ante los aconteceres externos.
Cuando nos sentimos bien nos convertimos en instrumentos de paz, y por esa vía podremos
erradicar gran parte de los problemas que no nos corresponde resolver.
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