lunes, 9 de enero de 2023

MANOS ACTIVAS, MENTES TRANQUILAS.

 Este mi primer blog del año se lo quiero dedicar a mis hijos Daniel y Rafael con admiración a sus vidas realizadas. En el imaginario popular, tejer es una actividad quizá para resolver historias de Agatha Christie. Sin embargo en la década de los cuarenta los jóvenes pilotos de la Real Fuerza Aérea Británica solían empujar las agujas mientras esperaban su siguiente misión, En tiempos de guerra se estrellaban de forma constante y las manualidades como el tejido y el bordado con hilos o cuentas, les ayudaban a rehabilitar sus legiones y aliviar el dolor mental. Fueron los principios de la "terapia ocupacional". Hoy en día millones de personas en todo el mundo utilizan esas técnicas, están ligadas de manera íntima a la "salud mental" Existen datos científicos que respaldan dicha afirmación. El ritmo que producimos puntada a puntada es semejante al de la respiración profunda.

Es un estado de flujo que no existe el estrés, solo hay un ritmo. El concepto de flujo fue creado por un grupo de psicólogos quienes se refieren a que los mejores momentos suelen presentarse cuando la mente hace un esfuerzo voluntario con la intención de lograr algo difícil que vale la pena mencionar. El ritmo que producimos con cada puntada es semejante al de la respiración profunda. Se conoce el caso de la señora Shauna Richardson persona muy conocida en los Estados Unidos, quien pasó dieciocho meses en estado de flujo durante los cuales se dedicó a tejer con gancho de tres leones de siete metros para la Olimpiada Cultural de 2012 en el Reino Unido, Esta encomienda requirió 60 kilómetros de lana, la obligó a "abstenerse de todo y permanecer en un estado mental impulsado por el ritmo y el proceso.

Pero no es necesario llevar a cabo proyectos tan grandes para llegar a esos resultados. Hasta el patrón de tejido más simple, exige cierto nivel de concentración para hacer las puntadas de forma correcta. Y si lo sencillo no es desafío suficiente, se puede elevar la dificultad con cosas como colores, técnicas para crear texturas o patrones más intrincados. Se trata de una actividad tan accesible, solo necesitas dos agujas e hilo que ayuda a las personas a confiar más en sus capacidades. Al fin y al cabo si te equivocas solo deshaces las puntadas y vuelves a empezar.

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