NOCHE DE PAZ, NOCHE DE AMOR

Todas las Navidades, el mundo entero canta un villancico que nació hace l76 años en una aldea de Austria en donde se dice que la nieve caía suavemente sobre las casas de madera de Oberndorf, cerca de Salzburgo, solamente la iglesia de San Nicolás no se respiraba alegría aquella tarde del año l818, y el padre Joseph Mohrt descubrió el órgano dañado.

Esa Nochebuena el padre Mohrt visitó a Gruber y le entregó lo que acababa de escribir y le preguntó si podía componer una melodía que revisó de inmediato, se sentó al piano y comenzó a trabajar una melodía sencilla y para que la misa de gallo tuviera música que ellos dos habían preparado y que posiblemente no pensaban volver a tocarla.

Para fortuna del mundo el mundo en l824 o 1825 contrató al constructor de órganos llamado Carl Mauracher quien encontró la canción de Mohr y Grubeer en el coro de la Iglesia, y la dimensión universal de su sencillez lo cautivó y le pidió una copia de la canción. Gruber que se hallaba supervisando la reparación del órgano accedió de buen agrado.

Al marcharse de Oberndorf, Mauracher se llevó la obra. Y la gente que después la conoció a través de él quedó encantada tanto con la letra como con la melodía. Pronto, varias compañías de cantantes tiroleses de estilo popular que recorrían Europa, la añadieron a su repertorio dando as conocer la interpretación de la nueva canción.

Con esos antecedentes se inició la circulación de esa nueva canción que rápidamente dio la al mundo y fue muy conocida hasta la fecha, conociéndose que por varios años ha ocupado el primer lugar en popularidad.

Hoy ya no hay controversias acerca de quienes la compusieron. En Austria se erigieron monumentos en honor de Mohr y Gruber, y el legado de esos hombres se ha convertido en parte esencial de la celebración de la Navidad en todo el mundo, Williiam Sytudwell, quien es experto en villancicos dice: “Noche de Paz es el símbolo musical de la Navidad.

Es verdad hoy se canta en los cinco continentes y en muchas lenguas, desde el alemán hasta el japonés, desde el suahili hasta el afrikanés, desde el español hasta el ruso, siempre como expresión del mismo sentimiento de paz y alegría.

 

TENGO 89 AÑOS SOY AFORTUNADO.

 

TENGO 89 AÑOS SOY AFORTUNADO.

Desde mis años de juventud me he vanagloriado de haber nacido en mi natal Orizaba y haber pertenecido al Estado de Veracruz, recordando mis años mozos, proveniente de una familia humilde pero muy honorable y eso me llena de satisfacción ya que al haber cumplido 20 años tuve la inquietud de venirme a esta ciudad Capital donde he permanecido hasta la fecha.

 Me gusta el mes de diciembre y lo considero el mejor del año por su contenido de fiestas y reuniones donde se puede departir mucha alegría, revivir amistades y sobre todo desear buenos deseos y dar y recibir mucho amor. Provengo de antepasados longevos y eso me hace ver a las personas de edad no como curiosidades reverenciadas, a menudo son, por lo contrario, un problema social.

 También me atrae la risa que despierta la mente entre dos o más personas. Sabiendo que mi tiempo es limitado, me descubro admirando la naturaleza de manera más prolongada e intensa, sobre todo contemplando las flores de mi jardín, siempre en busca de cambios más impresionantes en el cielo mexicano.

 ¿Soy sabio en mi vejez? No lo sé, pero ahora soy más tolerante y aunque no fui un joven afectuoso, el amor apasionado me hizo serlo y ahora me emociona profundamente el afecto que recibo, considero que esta es una de las recompensas a mi edad.

 Supongo que crezco lentamente y mucho debo a las mujeres desde mi niñez, cuando mi madre nos con sus cambios de humor y emociones. Cuando todo se ha dicho y hecho, los placeres de la vejez son de origen más perdurables, hasta el amor resulta más misterioso, tierno y duradero.

 El gran mal de la vejez resulta cuando los amigos se van. Las filas de nuestra generación se rompen cada vez más, y en los espacios abiertos corre un aire frío, parte de uno mismo se pierde cuando se va un amigo, aunque al lamentar su muerte se aprende a revalorar el pasado, en el que pensábamos con indiferencia, y a mantener vívido su recuerdo. Somos espiritualmente miembros los fascinaba unos de los otros.

 

 

PREMIO DE LITERATURAS INDÍGENAS.

Hay conexiones poéticas y emotivas que únicamente la palabra puede reunir, advierte la poeta chol,  Peñate Montejo, ganadora del premio de Literaturas Indígenas de América 2020. Este premio visibiliza su lengua y su cultura, pero considera que se deben crear más premios en México.

 

“Esto es para demostrarle al mundo que los pueblos indígenas están escribiendo a pesar de la distancia y de la lejanía con el centro del País”, expresa la traductora y abogada. La autora se alzó como ganadora con un  poemario Danza bajo la Lluvia de entre 60 propuestas de 9 países.

 

Este premio visibiliza la cultura Chol en México, pero también la triste realidad con la que se ha topado históricamente y que tiene que ver con la violencia de género, pobreza, discriminación y racismo advierte la autora, también gestora cultural y productora de lectura en la población Emiliano Zapata, en el municipio de Tumbalá, en Chiapas.

 

La poeta advierte que se debe trabajar en conjunto entre el Gobierno, los pueblos originarios y la sociedad para provocar una conveniencia sana, no generar conflictos sino relaciones multiculturales de entendimiento mutuo.

El Gobierno debe proveer esa estrategia para que lleguemos a una conveniencia sana, al respeto mutuo, que no exista discriminación.

 

Nosotros queremos darle algo a este país a través de nuestra palabra, nuestra cultura gastronómica, queremos hacernos entender como pueblos originarios, no buscamos conflictos con nadie, reflexiona la autora.

 

Los escaparates que provocan premios de este tipo provoca que más integrantes de su comunidad se interesen en escribir y en mantener su lengua, pero también que los ojos del exterior, volteen a ver su cultura y se interesen en conocerla.

 

“Hay muchas personas que están escribiendo para visibilizar cada una de las lenguas originarias que existen en México, el reto es seguir invitando a los niños y jóvenes para que sigan escribiendo y hablando en su lengua, a pesar de todo, tenemos que seguir haciéndolo” advierte Peña Montejo.

 

“No se escribe mucho en Chol aunque afortunadamente en estos años han salido mujeres y hombres que están tratando de escribir, nos vamos visibilizando y espacios para poder fortalecernos” expresa.

APAGONES MENTALES.

 

APAGONES MENTALES.

La edad no tiene por qué ser un impedimento aunque las mayorías opinan lo contrario, a veces estos traspiés se toman en broma y se les llama “incidentes de la tercera edad” o “alzheimer prematuro” ¿es un hecho ineludible que mientras más se envejece menos se recuerda?

 Conforme pasa el tiempo nos vamos inclinando a culpar a la edad de problemas que no necesariamente se relacionan con ella. Cuando un adolescente no encuentra sus llaves, piensa que es porque está distraído o porque no se organiza previamente para para guardar sus cosas.

 Es posible que un septuagenario esté perdiendo cosas durante décadas, como puede llegar a ocurrir a cualquiera de nosotros de vez en cuando en  pensar. El mecanismo de la memoria no se descompone conforme pasan los años. “sólo se vuelve ineficiente”

 El tiempo de procesamiento del cerebro se hace más lento con el paso de los años, aunque no se ha podido precisar exactamente por qué. Los estudios recientes indican que las neuronas pierden su eficacia y por lo consiguiente hay menos actividad en el hipocampo que es la parte del cerebro encargada de decidir qué información retener y cual descartar.

 No es claro que tener menos actividad cerebral sea peor. Un atleta principiante se cansa más fácilmente que uno ya entrenado. Del mismo modo a medida que el cerebro se vuelve más hábil para realizar tareas, gasta menos energía en ésta.

 Nuestra cultura busca soluciones rápidas, pero es necesario esforzarse para mantener el cerebro en buena forma. Es como tener un buen cuerpo, no se puede ir al gimnasio una vez al año y pretender estar en forma. Ponga atención en lo que desee recordar y después asignarle un significado.

 Recordamos cosas cuando nos concentramos en ellas, aunque lo hagamos sin intención. Esto ayuda a explicar por qué los estridentes comerciales cantados se nos graban, recurren a la rima y la música, dos recursos mnemotécnicos.

 Si deseamos tener buena memoria, debemos poner atención a nuestra vida, lo que nos permitirá descubrir en ella todo aquello por lo que vale la pena recordar y que lo tengamos presente en forma ordenada.