martes, 25 de septiembre de 2018

AUMENTO DE PERSONAS A LA TERCERA EDAD.

Abuelos felices.

Podríamos llamar a este blog “aumento de personas mayores a la tercera edad” y es que ahora hemos observado que muchas personas ingresan al club de los ochenta años de edad, eso se debe a los avances científicos y tecnológicos que han sido descubiertos por los investigadores en universidades médicas y centros de investigación que están vigentes en todo el mundo.

Algún día amable lector, te unirás como ellos a la minoría octogenaria si te escapas de los dos principales asesinos que rondan mucho en estos tiempos: la hipertensión y el cáncer. ¿Te interesa tener una idea a lo que te puedes enfrentar en este nuevo mundo? Para el recién llegado al club no debe sentir nada al cruzar esta barrera. Yo la he rebasado hace algunos años y te aseguro que es una satisfacción estar en esta etapa.

Piensa que la vejez solo es un disfraz que aceptamos ponernos en beneficio de otros, pero que el “YO” verdadero y esencial no tiene edad, continuará su vida igual siguiendo todos los cuidados que ha tenido antes para llegar a esta maravillosa edad, porque consideramos un triunfo seguir haciendo  imaginariamente y con detalle lo que antes realizábamos por costumbre.

Considero que los vicios relacionados con la edad son entre otras cosas: el desorden, la vanidad y la avaricia. Recrudeciendo este último como el peor de todos. ¿Por qué tantos ancianos insisten en acumular dinero cuando sus perspectivas de gastarlo son muy pocas. Piensan en atesorarlo como cierta forma de dominio y control; existe para ellos el consuelo de acumularlo, mientras otros poderes como la salud y el bienestar disminuyen, aunque eso no lo perciben por la ambición que manejan de “más y más”.

Muchos viejos se han dejado llevar por el desaseo y acumulan tantas porquerías en sus mesas y cajones, sus escritorios están llenos de cosas inservibles que conservan “por si se ofrece”. Sus closets están repletos de ropas no usadas durante años. Puede ser por costumbre y en parte por sentir que todo lo que alguna vez fue útil, debe ser conservado, y lo guardan sin darse cuenta que tal vez nunca dispongan de tiempo para usarlo.

No todo es malo ya que muchos octogenarios a los que admiro, son los que ven pasar la vida con gozo y al llegar su vejez la aceptan con gallardía, sabiendo que cada achaque es un nuevo enemigo que debe ser atendido y con el tiempo derrotado con fuerza de voluntad y casi siempre obtienen una importante victoria y reconocimiento por sus proezas.

Lo importante siempre es tener en mente un proyecto de vida para mantener la mente ocupada sin estar pensando en tonterías que a nada conducen. Mucha gente desperdicia ese tiempo; en vez de llegar a escribir una memoria de sus realizaciones con absoluta sinceridad, que puedan resultar útiles a los jóvenes o a quienes se interesen por conocer una respuesta, puede ser una forma de decir al mundo “Yo fui” o con mayor seguridad afirmar “Yo soy”





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