jueves, 12 de octubre de 2017

AGRADECER LA VIDA CON ALEGRÍA.

Considero que los sismos que hemos pasado en septiembre, nos han dejado muchas lecciones que nos permiten agradecer la vida con alegría.
Fueron tantas impresiones fuetes que tuvimos en esas fechas y sobre todo los cortes de luz, del agua, del servicio telefónico, que por momentos había oportunidad de utilizar el celular y con la carencia de internet, poco podíamos hacer para comunicarnos al exterior.

Ahora que se han incorporado todos los servicios volviendo todo a la normalidad, es curioso que intuitivamente cuidemos que no se desperdicie el agua, el servicio de luz. Son detalles que nos hacen vivir y apreciar mejor los servicios que tenemos a nuestro alcance.

En ocasiones damos poca atención a lo que hacemos o no estamos concentrados en los problemas que hemos tenido durante el día y es necesario que reconozcamos que “ahora es el único tiempo del que disponemos”. La plenitud de la vida surge tan solo al establecer contacto con lo que hacemos en este momento.

Así se trate de nuestras tareas rutinarias que llevamos a cabo en la vida y para nosotros pueden resultar actividades aburridas seguirán siendo monótonas durante toda la vida. En cambio disponemos de la mentalidad de que esas mismas tareas, las vemos como un don que se nos ha encomendado, estaremos apreciando esas mismas tareas y  pueden ser lo máximo de actividades que realizamos en nuestra vida.

Esta idea debe considerarse  para situarnos más allá del concepto común y corriente, ver las cosas en forma útil, para  hacer que lo ordinario en nuestra vida se convierta en algo extraordinario. Al considerarlo así, nuestra vida toma un nuevo sentido.

En nuestro entorno, las cosas pueden seguir siendo iguales, pero para nuestro YO interno estamos manejando un nuevo concepto, porque poco a poco sustituimos nuestras labores rutinarias en una sensación de gran abundancia con la que nos estamos beneficiando. Debes manejar las cosas que hagas, con mucho interés si consideras que es lo único que tienes que hacer hoy.

¿Qué tanta es tu paz mental? ¿Qué tanta es tu eficiencia? Las dos cosas dependen de la capacidad que tengas para estar viviendo en el presente y olvidando lo que pasó ayer y mucho menos de lo que pueda ocurrirte mañana, lo único que cuenta es lo que estás viviendo el día de hoy.




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