martes, 7 de junio de 2016

HAZ LO QUE TE GUSTA Y NO LO QUE TE OBLIGAN.

En mis varios años de actividad en diferentes lugares de trabajo, pude conocer varias gentes que acudían diariamente a su lugar de empleo y siempre se quejaban de que no les gustaba la tarea que desempañaban por ser la misma rutina diaria a desempeñar. Lo sorprendente es que varios tenían 15 años o más de hacer lo mismo y de estar renegando contra todo. El trabajo nos sirve para mantener el cuerpo, el alma y la familia unida, el sentido de cada día y el reconocimiento tan necesario, como la satisfacción que nos causa desempeñar una actividad para la que nos hemos capacitado.

Considero que todos buscamos una vocación no un empleo. Una gran mayoría de personas, como puede ser el caso de un trabajador de producción, tiene un empleo que le queda pequeño a nuestro espíritu. En general los empleos no son lo bastante grandes para las personas. Pero trabajar es crucial ; “Todos necesitamos ganarnos la vida”. Esta situación cada día se complica porque cada día es más difícil en el clima de incertidumbre que reina en la  época actual.

Existen muchos investigadores que han ofrecido consejos similares para ayudar a la gente,  aunque cada persona ha expresado sus sentimientos de forma distinta en lo que más le conviene. Esto se debe a que cuando trabajamos, estamos buscando una forma de vida, más que una forma de morir de lunes a viernes. John D. Rockefeller creía que la capacidad de amasar dinero era solo un don de Dios, lo que en otras palabras no es más que otra forma de decir “ Haz lo que te gusta y el dinero vendrá por sí solo”.,

Muchas veces dudamos que así suceda y nos preguntamos ¿Será eso cierto? Es posible que sí, pero no de esa manera; en principio el dinero no se podrá obtener en forma rápida, sobre todo al principio. En segundo lugar el dinero no llegará de fuentes inesperadas. Pero sí llegará, y he aquí porqué.  Cuando empiezas a seguir tu auténtico camino, estás utilizando los dones que el Espíritu espera que utilices, o sea que estás cumpliendo tu parte del pacto. El Espíritu se ha comprometido a asegurarse de que dispones de todo lo necesario para ser feliz.

Esta alternativa incluye tus comodidades. El espíritu sabe que la moneda de cambio que utiliza es el dinero. Y la moneda de cambio en el cielo es el milagro. Hacer lo que te gusta no tiene nada que ver con el dinero sino con lo milagroso. En cuanto comprendas que debes pedir milagros y no dinero empezarás a experimentar el bienestar. Tal vez tengas que hacer algunos rodeos para llegar a conseguir lo que deseas.

A los creyentes se les insta a buscar el Cielo antes que ninguna otra cosa. ¿Podría el Reino de los Cielos ser una vida auténtica? Yo creo que sí. Porque, en cuanto encuentras tu auténtico camino y lo sigues, o sea cuando realizas lo que verdaderamente te gusta, las demás piezas que integran el cuadro, empiezan a encajar: las relaciones, el trabajo, las oportunidades, el dinero y finalmente lo que más importa: la familia.



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