Durante
el pasado mes de enero, materialmente los capitalinos hemos sido bombardeados
de noticias que nos afectan en forma
directa en la organización, desarrollo de vida y movimiento de circulación en
la Ciudad de México.
1.- Que
para este mes de febrero arribará el Papa Francisco a la Ciudad de México y eso
repercutirá en la circulación del tránsito capitalino por lo menos durante su
estancia de un día en la visita que hará a la Basílica de Guadalupe y su
recorrido por la ciudad en que casi se paralizará el movimiento de actividad en
la ciudad.
2.- La
Reforma Política de adiós al Distrito Federal por el de Ciudad de México y que
se integre una asamblea constituyente, distinta de la actual asamblea
legislativa del Distrito Federal para que ésta elabore la nueva constitución local que reemplazaría al
vigente estatuto de gobierno.
3.-Y
el tercero que puede ser muy importante es la suspensión de agua en la capital
de la república durante los días 29, 30 y 31, que sufrimos los capitalinos y
que según el director del organismo de la cuenca del Valle de México, informó
que en la madrugada de este lunes inició el bombeo para llenar y poner en
marcha la línea 1 del sistema Cutzamalá.
Lo
curioso fue que cuando se promulgó el inicio de la Ciudad de México y la
terminación del Distrito Federal en Palacio Nacional por el Presidente Peña
Nieto y el Jefe del Departamento
Mancera, la capital ya carecía del vital líquido por suspensión del servicio.
Si a
esto agregamos una cuarta incidencia, que es la puesta en marcha del Nuevo
reglamento de tránsito de la ciudad de
México, considerando que por lo alto de las sanciones impuestas, ha empezado a
levantar protestas y a estas alturas han considerado las multas como un
complemento de impuestos que impone el gobierno a los capitalinos, ha originado
una ola de amparos contra las multas de tránsito y contra el nuevo reglamento
que dio origen a tantas sanciones.
Estas
han sido hasta ahora las nuevas inquietudes que nos aquejan en la Ciudad y que
en alguna forma afectan a gran parte de los capitalinos por alterar de alguna
manera su forma de vida que lejos de ayudarle en sus actividades, le preocupan
en lo futuro.
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