martes, 26 de enero de 2016

LA VIDA PASA MUY RÁPIDO.

El fin de semana tuve la oportunidad de participar en una charla en la celebración de un cumpleaños de una persona muy querida por mi familia y por mí y en el grupo de ocho personas  hacíamos un comentario sobre  la vida que pasa muy rápido por estar recién iniciado el año y sin sentirlo mucho ya estamos terminando el mes de enero. Por un momento me quedé pensando que los días son de 24 horas y las semanas de 7 días igual que siempre, que nuestras vidas han estado programadas alrededor del reloj y por ello el tiempo sigue su marcha.

Sin embargo, consideré que ahora disponemos de mayores comodidades que nos permite la modernidad y en gran medida se debe a que los avances tecnológicos nos ayudan para hacernos más cómoda nuestra  existencia sobre todo para ahorrarnos tiempo y esfuerzo. Debo suponer que ahora sabemos esperar menos en nuestras actividades rutinarias, cada vez sabemos esperar en menos tiempo las cosas se hacen en forma instantánea y son factores que afectan nuestra forma de vida y por consiguiente afectan nuestra conducta.

En poco tiempo nos hemos valido de nuevos avances que nos han ayudado a mejorar nuestra vida, como es el caso de: el refrigerador, la licuadora, los motores, el automóvil, los aparatos electrónicos que mucho han ayudado a mejorar los plazos más cortos en tiempo y ahora las empresas utilizan ese factor para prometer plazos de entrega en sus servicios cada vez más cortos.

Estamos viviendo actualmente la función de necesitar un taxi y la operación consiste en apretar un botón y disponer de lo que se quiere casi al momento: un taxi al gusto, así mismo solicitar comida, hacer reservaciones de avión, de autobuses, entradas al teatro, al cine. La lectura la hacemos ahora en lectores electrónicos, la compra de libros utilizamos los servicios de las librerías virtuales que nos ofrecen la venta de su mercancía en la misma forma y en nuestro mismo lector podemos transportar el número de libros deseados. La modernidad ha hecho de la espera algo obsoleto.

Algunos sistemas de vida son diferentes, antes la gente conseguía un empleo y con permanecer en él, conseguía su jubilación al cumplir los plazos establecidos; ahora, la permanencia en un puesto en cualquier nivel es más corta que antaño. El video es más divertido y rápido y se ha desplazado la lectura que puede resultar una forma aburrida. Las celebraciones de bodas de 25 o 50 años de duración son cosas raras, ahora los matrimonios son más cortos y los divorcios son exprés, en buena medida la pérdida de valores en la sociedad, se da por este tipo de premuras y la honestidad casi se ha perdido, la espera es algo que se está extinguiendo poco a poco.

Todas estas pequeñas (o grandes) incidencias son las que han influido a que la vida se desarrolle más rápido y la famosa expresión “el tiempo es dinero”
se transforma actualmente en una dimensión central del capitalismo. La buena calidad de los servicios se ha ido perdiendo.

Por todo lo anteriormente citado, sigo creyendo que siempre el hombre ha utilizado como medida de tiempo el reloj y el tiempo transcurre con normalidad, lo que se ha alterado han sido los avances tecnológicos de los últimos 50 años que sirven para hacernos más cómoda nuestra existencia, así como sus derivaciones que nos hace suponer vivir más rápido y en nuestro tiempo sabemos esperar menos como una gratificación instantánea que afecta nuestra forma de vida y nos altera nuestro reloj biológico.


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