Estos días calurosos nos tienen inquietos y sentimos que hacemos muchas cosas y la realidad es que hacemos poco por la diferencia de clima que nos viene a la mente de los días de aventura y descanso en otros lugares calurosos que nos permitieron distraer nuestra atención en algún viaje y nos dio alguna oportunidad de tranquilizar nuestra mente que teníamos llena de rutinas diarias en nuestros lugares de origen.
A mi en lo personal me hizo recordar el viaje reciente a la Ciudad de Mérida Yucatán tiene paisajes que permanecen vivos en la memoria y me hacen recordar alguna de nuestras postales consentidas de lugares maravillosos por su contenido histórico y donde se escucha el sonido de las aves canoras y nos crea con todo agrado los lugares entre el pasado y el presente.
Por el sentimiento de tranquilidad, el olor a mar y la brisa en un día de playa será siempre un lugar favorito donde nos permite manejar por la carretera costera para apreciar los tonos verdes de manglares con un cielo despejado, donde nos permite conocer los "flamencos, pelícanos y gaviotas que son propias de esos lugares cálidos en el Este de Yucatán.
El Cuyo célebre lugar conocido por los atardeceres a la laguna y si prefieres permanecer cerca de la ciudad de Mérida podrás observar la puesta de sol desde el muelle de Chocolate en Progreso que es magia pura y puedes permanecer en los refugios para las personas que buscan disfrutar del momento. Ya una vez establecido en la Ciudad de Mérida no dejes de apreciar el importante "Paseo Montejo" que es un lugar cubierto de encanto y realidad.
Esta calle de Paseo Montejo, además de ser histórica es inigualable para dar una caminata al caer la noche y no faltarán opciones para integrar nuestros cinco sentidos para recorrerla completa y tomar opciones de lo que se puede hacer para apreciar su vegetación, el rumor que causa el canto de los pájaros que se acumulan en los árboles de la avenida en su llegada y salida de esos lugares.
También puedes dirigirte a la Plaza Grande y después de admirar las fachadas históricas y escenas de la vida cotidiana que son propias de los lugareños, tendrás una vista privilegiada de la Catedral de San Ildefonso mientras las palomas vuelan a sus nidos y podrás admirar sus tonos coral y lavanda cuando empiezan a asomarse en el horizonte. Como resultado es un viaje Maravilloso.
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