martes, 20 de noviembre de 2018

NUEVOS SISTEMAS DE VENTAS.

Ventas Tumultuosas.-El Buen Fin.

En estos últimos años hemos visto la forma en que el poder público se desligó completamente de la población al estar de común acuerdo con las grandes fortunas tanto nacionales como extranjeras, olvidando con ello a la población que ha tomado caminos diferentes como pueden ser: el individualismo, el consumismo, la competencia y el éxito material como los valores morales más importantes.

Esta situación ha afectado directamente a los jóvenes, la exaltación del dinero y las posesiones materiales y superfluas, aunada a un entorno que les niega espacios educativos y plazas laborales, ha generado la frustración y facilitado actitudes antisociales.

No deja de ser surrealista la desesperación en que los compradores tratan de beneficiarse con las “ofertas” en forma inesperada, aprovechando todas las facilidades que les brindan para conseguir los satisfactores que en forma gregaria asaltan los almacenes de los negocios en busca de la felicidad de la vida.

Ahora estamos viviendo una época provocada por una “Sociedad de Consumo” originada por los causantes de la crisis de valores que tratan de adquirir el mayor número de productos para satisfacción de su ego personal. Si alguno de ellos no tiene deseos de adquirir más, carecerá de motivadores para delinquir.

Toda esta situación ha sido producida por los avances de la industrialización y la producción en serie donde se observó que a mayor número de artículos necesitaban un mayor número de consumidores, formándose un nuevo ciclo en que la producción quedó ligada al consumo, originando con ello un problema más serio, como fue al abarrotamiento de los almacenes.

Más artículos necesitaban mayor número de consumidores, creando para ello la mercadotecnia para ponerla al servicio de sus clientes y con ello se observó un mayor número de consumidores  que con la campaña de ventas, originaron el consumidor insatisfecho.

Esa insatisfacción de los clientes y el exceso de producción, originó con facilidad el sistema de ventas “el buen fin” que la globalización permitió aplicarlo en el extranjero y después se manejó a nivel nacional con los resultados que hasta hoy se conocen con mucho éxito.




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