Batalla del 2 de abril de 1867. |
BVale
la pena mencionar el 141 aniversario de la batalla del 2 de abril de 1867 que
con 17 columnas integradas en promedio por ciento treinta hombres cada uno de
los grupos, fueron asignados en silencio para distribuir en igual número de
puntos estratégicos previamente estudiados y asignados por el General Porfirio
Díaz para el asalto y llevar a cabo la toma de Puebla.
A
las tres menos quince minutos de la mañana del 2 de abril se inició el fuego en
brecha sobre las trincheras del Carmen. El General Díaz partió a su vez hacia
la Alameda Vieja y a una señal indicada a las 17 columnas, comenzaron el ataque
contra las trincheras enemigas, de acuerdo a la estrategia pactada
anteriormente.
Las
tropas enemigas huyeron hacia el norte de la ciudad en dirección a los fuertes
Loreto y Guadalupe; otros permanecieron dentro de la plaza replegados en los
alrededores del convento de San Agustín y los campanarios de la Catedral y finalmente
huyeron o cayeron prisioneros.
La
noticia de la toma de Puebla anunciada de inmediato por
telégrafo a todas las autoridades que dependían del gobierno de la República,
fue: “Son las seis de la mañana, hora en
que he tomado esta plaza por asalto”, informó el General Porfirio Díaz en
esos momentos cuando sonaban aun disparos en los alrededores, sobre todo en
algunos sitios de la ciudad como San Agustín; comenzaron las ejecuciones de los
oficiales de la guarnición de Puebla.
El
general Díaz después de recibir el parte de las ejecuciones, visitó a los
heridos y después redactó el informe de la toma de Puebla que dirigió al
ministro de Guerra del Presidente Benito Juárez: “Acabamos de tomar por asalto la plaza, el Carmen y demás puntos
fortificados que el enemigo tenía en esta Ciudad”
Había
terminado la campaña en Puebla y el general Díaz redactó a sus ejércitos el
mensaje siguiente: “Compañeros de armas,
quiero ser el primero en pagar tributo a vuestro heroísmo, el 2 de abril de
l867 se registrará desde hoy en el calendario de las glorias nacionales. Habéis
combatido desnudos y hambrientos, dejando a la espalda un rastro de gloria y
sin embargo, vuestras hazañas en Puebla han ido más allá de mi esperanza”. La
proclama aseguraba que la guerra que desgarraba a la nación no podía ya
prolongar más su duración.
Estos
fueron los actos que demostró con valor el general Porfirio Díaz para servir a
su país, debiendo haber sido reconocido por la historia, y aunque a la fecha no
ha sido así, su valentía sigue en el recuerdo grato, como es el caso del
reconocimiento que le han rendido los veracruzanos, al haber inaugurado en la
ciudad de Orizaba, la única estatua en su honor que existe en la República
Mexicana.
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