Vive el momento. |
Observo
en la Ciudad de México a la gente muy preocupada, caras tristes, de mal humor y
sus rostros decaídos tal vez no es para menos, los medios de difusión y
publicidad nos transmiten malas noticias. Es el caso de las personas que se quedaron sin casas
después del temblor de septiembre, siguen viviendo en casas de campaña y los
fondos de reconstrucción no se han destinado a las causas para las que estaban
previstas.
Tal
vez quedamos afectados desde el temblor de 1985 que también volvimos a resentir
el 19 de septiembre de este año, y tal parece que incorporamos un sismógrafo en
nuestro sistema nervioso como lo hizo la CDMX en la Ciudad y su sonoro aviso
nos ha vuelto asustadizos, sobre todo cuando suena a las tres de la mañana,
ocurren toda clase de preparativos para disponer de los preparativos para
resistir el próximo temblor de tierra.
El
peligro siempre ha existido en todo lugar y es una realidad actual de la vida.
No ha existido en nuestra historia una época tranquila ni tampoco un lugar
seguro para poder vivir en paz y con mucha tranquilidad. Recuerdo que algunas
veces mi padre me decía: “Si puedes hacer
algo al respecto, hazlo. De no ser así, no te preocupes por ello, vive
tranquilo”
Además,
hay que considerar que el total de maleantes deberá ser cuando mucho un 5% de
la población mexicana, lo que hace suponer que por cada hombre malo tenemos
10,000 buenos y por cada político corrupto hay 100 mil mexicanos honestos que
trabajan honradamente para mejorar su vida y la de los suyos.
Nuestro
país lo hace su gente, cada uno en un frente distinto y con una responsabilidad
asignada, hay de aquel que nada hace y solamente quiere recibir sin dar nada a
cambio. Nuestra patria es demasiado grande y no se ha acabado, démosle amor que
es el que ponemos diariamente en nuestros hijos.
La
única ventaja que tenemos es si reaccionamos oportunamente, podemos corregir
las cosas a nuestro favor en un futuro cercano y mientras tanto nos queda
solamente trabajar con ahínco para mejoramiento de este país que nos ha dado
todo y no nos ha pedido nada, más que fidelidad y trabajo.
Hay muchos casos en que la gente vive como
si su existencia solamente fuese un ensayo general para que llegado el caso se
encuentre capacitada en una fecha posterior. En la realidad no ocurre así. Nadie
tiene la garantía de que estará acá el día de mañana, ha descuidado “el ahora” es lo único que tiene y representa
el único tiempo del que todos podemos ejercer algún control.
Además, cuando nuestra atención se
concentra en el momento presente, el miedo lo apartamos de nuestra mente y nos
dedicamos a manejar la realidad. El miedo solamente es una preocupación por
acontecimientos que podrían suceder en el futuro con un resultado diverso.
Recuerdo que alguna vez leí en una narración de Mark Twain que dijo: “He pasado por algunas cosas terribles en mi
vida, algunas de las cuales sucedieron de verdad”
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