Considero
que los sismos que hemos pasado en septiembre, nos han dejado muchas lecciones
que nos permiten agradecer la vida con alegría.
Fueron
tantas impresiones fuetes que tuvimos en esas fechas y sobre todo los cortes de
luz, del agua, del servicio telefónico, que por momentos había oportunidad de
utilizar el celular y con la carencia de internet, poco podíamos hacer para
comunicarnos al exterior.
Ahora
que se han incorporado todos los servicios volviendo todo a la normalidad, es
curioso que intuitivamente cuidemos que no se desperdicie el agua, el servicio
de luz. Son detalles que nos hacen vivir y apreciar mejor los servicios que
tenemos a nuestro alcance.
En
ocasiones damos poca atención a lo que hacemos o no estamos concentrados en los
problemas que hemos tenido durante el día y es necesario que reconozcamos que “ahora es el único tiempo del que
disponemos”. La plenitud de la vida surge tan solo al establecer contacto
con lo que hacemos en este momento.
Así
se trate de nuestras tareas rutinarias que llevamos a cabo en la vida y para
nosotros pueden resultar actividades aburridas seguirán siendo monótonas
durante toda la vida. En cambio disponemos de la mentalidad de que esas mismas
tareas, las vemos como un don que se nos ha encomendado, estaremos apreciando
esas mismas tareas y pueden ser lo
máximo de actividades que realizamos en nuestra vida.
Esta
idea debe considerarse para situarnos
más allá del concepto común y corriente, ver las cosas en forma útil, para hacer que lo
ordinario en nuestra vida se convierta en algo extraordinario. Al considerarlo
así, nuestra vida toma un nuevo sentido.
En
nuestro entorno, las cosas pueden seguir siendo iguales, pero para nuestro YO
interno estamos manejando un nuevo concepto, porque poco a poco sustituimos
nuestras labores rutinarias en una sensación de gran abundancia con la que nos
estamos beneficiando. Debes manejar las cosas que hagas, con mucho interés si
consideras que es lo único que tienes que hacer hoy.
¿Qué
tanta es tu paz mental? ¿Qué tanta es tu eficiencia? Las dos cosas dependen de
la capacidad que tengas para estar viviendo en el presente y olvidando lo que
pasó ayer y mucho menos de lo que pueda ocurrirte mañana, lo único que cuenta
es lo que estás viviendo el día de hoy.
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