En
la información diaria de los periódicos, anteriormente encontraba algunas
buenas sugerencias y hasta programas de cines y teatros de la ciudad con sus
horarios respectivos. Pocas veces leíamos algunas noticias fuertes que
correspondían a la nota roja y poco nos enterábamos de información policiaca.
Había secciones de Sociales y las secciones editoriales se referían a notas
interesantes de avances tecnológicos y datos sobresalientes de nuevos descubrimientos.
Ahora,
da grima revisar esa circulación de periódicos debido a que las noticias no son
nada alentadoras porque la violencia, la inseguridad, la corrupción y
narcotráfico son las noticias diarias de los problemas que enfrenta el país y
hoy puede ser ocasional o difícil encontrar alguna nota o información positiva
que cambie un poco el humor negro de la gente y que nos haga sentir un cambio
cultural que reprograme nuestros hábitos sociales.
Desde
luego que todo sistema social es modificable y ante esa vorágine de nubarrones
negros de noticias negativas diariamente, sabemos que todo sistema social es
modificable y por consiguiente que es necesario sumar actitudes de contagio
positivo o metáforas de posible cambio, donde un mexicano observa un cambio
positivo derivado de una conducta ejemplar que toma como ejemplo y ese
semillero puede originarse en el seno de nuestras propias familias.
Lo
que ahora parece ser el comportamiento de nuestro país contaminado por un virus
integrado por delincuentes profesionales que sirve para contaminar a diferentes
grupos sociales que siguen esas tendencias, proliferado por las noticias que se comentan en los cafés en
todos los niveles sociales y como consecuencia son temas dominantes que influyen
en el ánimo de toda la gente que participa en ellos.
Por
eso considero que la familia viene resultando un apoyo para afirmar lo positivo
que puede seguirse con el ejemplo que aportan sus integrantes diariamente y que
son conductas que sirven de modelo a seguir por otros grupos organizados. Este
funcionamiento puede ser comparable con el sistema de las células que se
esparcen en todo nuestro cuerpo humano.
Tomemos
el caso de una parvada comparada con los seres humanos, donde a nivel
energético poseen en su interior habilidades que sus antepasados desarrollaron
y transmitieron en sus genes a sus descendientes, lo que hace que en la
práctica veamos a bebés manejar con mucha facilidad, los aparatos electrónicos
que les dejan a su alcance, más adelante
se propaga su conocimiento en forma energética en los grupos sociales y es lo
que se propaga a base de patrones de conducta que benefician a la comunidad.
Combatir
la delincuencia organizada no debe hacerse en forma física, sino a base de
campos energéticos sociales por generaciones que se sobreponga a las
comunidades, como es el caso de: el cine, la música, el sentido a la
desesperanza. Cuando las sociedades florecen, la energía social de contacto
responde en forma positiva.
Debemos
inclinarnos a lo positivo, empezando por nuestro pensamiento, lenguaje, buenas
obras y acciones ejemplares. Queremos dominen en la vida cotidiana de los
individuos y reforzar sus resultados con la fuerza de la ley que apoye en forma
positiva el comportamiento humano.
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