"Cantinflas" |
Yo
no se si los niños de esta última generación sepan quien fue Mario Moreno
(Cantinflas) lo más probable es que no; y si les dijera que fue un hombrecillo
de pantalones bombachos, medio bajados de la cintura y atados con una cuerda,
con una vieja camiseta harapienta y un viejo sombrero de fieltro que sobre el
hombro izquierdo portaba los jirones de una vieja gabardina, es posible que me
digan que con esas fachas, menos lo conocieron. Y les concedería la razón.
Pero
los adultos y mayores que somos sobrevivientes del siglo pasado y simplemente
les dijera si conocieron al hombrecillo de la levita al hombro, de pantalones
bombachos, sombrero raído y que hizo las delicias de millones de personas con
su sentido del humor y que su creador fue un hombre cómico de serios
propósitos, me responderían que me refiero al
Inolvidable “Cantinflas”.
Yo
recuerdo que a mi madre Luz, el único cómico que le hacía reír fue Cantinflas y que se encantaba con sus
películas y en sus comentarios y alusiones, se refería a él para hacer una
comparación o parecido, sobre todo cuando veía sus hazañas frente a un becerro
que rascaba el suelo a unos metros de distancia y la forma en que magistralmente
lo lidiaba.
Cantinflas, el cómico más célebre de América Latina, parecía capaz
de hipnotizar a los toros y ejercía el mismo encanto sobre su público, tenía la
capacidad de suspender la lógica y de llevar a su público a la más disparatada
lógica a su disparatado mundo.
Mario
Moreno nació en 1911 en un barrio muy pobre de la Ciudad de México, de una
familia de 15 hermanos, habiendo sido el séptimo hijo y siempre fue atraído por
las carpas de comedia que en sus actuaciones ironizaba muchas habladas al
gobierno. Su compañero cómico Estanislao Shilinsky, comenzó a pulir su propio
personaje.
Sus
primeras presentaciones en teatro de revista las hizo en el Follies Bergere y
al término de su función, salía a la calle a dar dinero a los pobres. Fundó la
compañía Posa Films y su primer largo metraje fue “Ahí está el detalle” después
siguió “Si yo fuera diputado”. En 1941 filmó “Ni Sangre ni arena”. Hizo su
última película “El Barrendero” en 1981 a la edad de 70 años.
En
1956 fue invitado a Hollywood para representar el papel de mozo de David Niven
en la película “La vuelta al mundo en 80 días” en el papel de “passepartout” y
después de esa actuación hizo otra
película en Hollywood y prefirió regresar a México, donde siguió trabajando.
A
los 23 años cuando trabajaba en la Carpa Sotelo, conoció a Valentina Ivanova
bailarina rusa y en 1934 se casaron y de ese matrimonio nació su hijo Mario
Arturo. Valentina enfermó de cáncer y a pesar de recibir el mejor tratamiento,
ella murió el 5 de enero de 1966.
En
1981 publicó en el periódico “Ultimas Noticias” una plana en que instaba a los
millonarios del país a colaborar con diez mil pesos cada uno para construir
viviendas para los pobres hasta por un total de veinte millones, pero los ricos
del país se abstuvieron de colaborar.
Con su propio dinero y algunos donativos hizo construir 64 casas para 250
familias indigentes en la Colonia Granjas. Se estimaba que regalaba hasta
175.000 dólares al año para personas que tocaban su puerta.
Finalmente
en 1993 enfermó de una tos permanente y le diagnosticaron cáncer pulmonar
durante una estancia en Houston, Texas y murió en la Ciudad de México el 20 de
abril de 1993. México se puso de luto. Frente a Palacio de Bellas Artes la
gente formó por varios kilómetros bajo lluvia para despedirlo a lágrima viva.
Cantinflas
lo sabía cuando escribió su propio epitafio, asegurándose así de tener la última palabra….
“Parece que se ha ido pero en realidad no
se ha ido”. (DESCANSE
EN PAZ.)
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