Ahora
los abuelos han sido considerados una institución al menos en nuestro país y
como una sustitución de las “nanas” de antaño. Se les ha dado la consigna de
cuidar a los nietos desde recién nacidos y después hacerse cargo de ellos
debido a que la mamá que actúa como el sostén de la casa, debe salir a trabajar
y los niños crecen al lado y bajo la responsabilidad de los abuelos.
En
otro esquema los abuelos son considerados como unos vestigios del pasado,
cuando el internet ni siquiera existía y como fenómenos de presencia que
subsisten como miembros de la familia, cuya
presencia es lo que puede admirarse en ellos.
En
la actualidad los jóvenes consideran que lo nuevo y novedoso es lo que
prevalece y es lo único que vale la pena son ellos. Los chicos cuyas
edades fluctúan entre los veinte y
treinta y tantos, precisan de obtener el éxito para que resulte envidiable su
actuación, no debe alcanzarse después de los cuarenta años y cuando destacan
las celebridades de la política, la música y el cine deben de ser jóvenes o por
lo menos parecerlo.
El
mundo actual está sobre poblado de jóvenes que tratan de sobre salir en medio
de tanta competencia actual, sobre todo aquellos que están en edad, los que
quisieran serlo, los que necesitan serlo para lograr aceptación dentro del
mercado laboral al que aspiran ingresar.
No
es casualidad que los jóvenes revolucionarios que disponen el interés de
cambiar al mundo aunque sea por la fuerza, con el paso de los años se interesen
mucho más en proteger las cosas buenas que sus abuelos han tenido oportunidad
de descubrir en él. Ya que se aprende mucho al ir envejeciendo, aun cuando se
disponga de menos estudios.
Las
personas mayores no siempre conocen la verdad, no siempre tienen la razón y no
lo saben todo; pero disponen la ventaja de que han vivido más tiempo y el valor
de sus experiencias, superan por mucho
todos los títulos, tesis de posgrado y viajes por el extranjero, que posean los
jóvenes que se encuentran en plena formación profesional y no aprovechan la
experiencia de sus mayores.
De
qué sirve que la gente sea cada vez más longeva si hay menos jóvenes que estén
dispuestos a escuchar a los ancianos y puedan aprender de las vivencias que ellos
tienen y aprender los diversos conocimientos que puedan transmitirles.
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