Porfirio Díaz y Carmelita de viaje. |
Me
agrada hablar de los ferrocarriles porque yo provengo de una familia de
ferrocarrileros: mi padre y mis tres hermanos mayores trabajaron para esa
empresa; claro en una fecha muy posterior. Desde muy pequeño ya escuchaba
hablar de diversas incidencias del Ferrocarril Mexicano que en esas fechas
hacía el recorrido de la ciudad de México al Puerto de Veracruz como ruta
frecuente tanto de trenes de pasajeros como de carga en diferentes horarios de
recorridos.
Esa
situación me hizo escuchar diversas pláticas de personas mayores que vivieron
los tiempos de la revolución en nuestro país y un poco antes cuando sus
antepasados habían presenciado los tiempos de paz lograda por Don Porfirio.
Lo
más importante de esa época fue el papel que habían desempeñado los
ferrocarriles durante la conservación de la paz en México ya que cuando Don
Porfirio se posesionó de la presidencia en 188 fue necesario que aplicara la
máxima dureza para poder lograr esa tranquilidad que había sido añorada por el
pueblo mexicano después de una larga lucha aún contra ejércitos de Estados
Unidos y Francia en diferentes fechas, a quienes combatió en diferentes
lugares.
Durante
el tiempo de su mandato, informó en algún momento que se habían construido más
de diecinueve mil millas de vía férrea y con ese motivo también sirvió para
instaurar el servicio de correos en nuestro país, eliminando con ello el uso de
las diligencias que transportaban las valijas postales y con frecuencia eran
asaltadas entre el trayecto de la ciudad de México y Puebla por vulgares
salteadores de caminos.
Con
el servicio de los ferrocarriles se pudo conseguir un trayecto seguro, más
rápido en la entrega de correspondencia y paquetería en todo el país, con la
instalación de mil doscientas oficinas de correos en todo el país. Así mismo durante
su mandato entró en vigor el servicio de telégrafos que en aquellas fechas no
existía. Durante su mandato también se estableció la red telegráfica con más de
cuarenta y cinco mil millas de acuerdo a información de que se dispone a esas
fechas.
Por
esas mismas circunstancias fue necesario endurecer las penas para castigar los
asaltos a los trenes, imponiendo penas fuertes de una manera severa, como fue
el caso de la pena de muerte, de que al ser sorprendidos in fraganti serían
castigados de inmediato. El mismo Presidente Díaz reconoció que fueron castigos
muy severos y en ocasiones se actuaba con mucha crueldad, pero esas sanciones
fueron necesarias en aquellos tiempos para la poder conseguir el progreso de la
nación.
No
cabe duda que las medidas correctivas fueron muy duras de imponer en esas fechas, pero fue la única forma que se
implantó un correctivo para conseguir la paz que vivió nuestro país durante
muchos años. Conocí mucha gente en mi juventud y me platicaba que añoraba los
tiempos de Don Porfirio porque se vivía con mayor tranquilidad en su tiempo,
que en mi época de juventud cuando yo escuchaba sus pláticas.
Yo
no sé si verdaderamente fueron mejores esos tiempos de disciplina en esas fechas;
que los que vivimos en la actualidad, donde los medios publicitarios nos
inundan de “nota roja” y nos dan a conocer diariamente todos los desastres que
ocurren y las estadísticas de gente que vive muy temerosa en diferentes lugares
de nuestro país.
NOTA: Con mucho
respeto a mis familiares que hago mención y ya no viven en este momento.
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