Alumnos en Escuela Primaria. |
Mis
primeros años escolares recuerdo haberlos cursado en mi ciudad natal Orizaba y
si bien hago memoria podría recordar a quienes fueron mis maestros a quienes
tengo en mente, quienes nos dieron el mejor trato desde los primeros años en
que nos enseñaron a leer y escribir y todos los primeros conocimientos,
empezando por el respeto a los mayores y la amistad a los compañeros de clase.
Nosotros
como alumnos, nos correspondía tratar a los profesores con atención y respeto,
atendiendo a sus indicaciones y horarios asignados dentro de nuestras clases.
Así transcurrieron mis años escolares de la instrucción primaria, habiendo
terminado la primaria en la escuela “Ignacio
de la Llave” (la Cantonal) que estaba ubicada a un costado de la Alameda
Central a la orilla del Cerro del Borrego.
Hago
este relato porque guardo mucho cariño a mis maestros de primera enseñanza y al
trato que nos dieron en todo momento, porque nos estimularon a continuar
nuestros estudios en los siguientes ciclos, sin desaprovechar la oportunidad
que teníamos de continuar nuestros estudios hasta niveles universitarios.
Recuerdo
que en aquellas fechas, las mejores escuelas de enseñanza primaria fueron las
establecidas por el gobierno, habiendo solamente una escuela particular la “Manuel
M. Oropeza”, con estudios reconocidos, pero siempre nuestras enseñanzas se
consideraban de mejor calidad, a decir de muchas autoridades de aquella época.
Lo
cierto es que el alumno fue
considerado como el “centro de la educación” y nunca supimos que hubieran
tenido reuniones los maestros para planear alguna suspensión de sus
actividades, se regían por el calendario escolar que nos daban a conocer
durante los primeros días de clases del año escolar.
Volviendo
a la realidad y situándome en la época actual, me doy cuenta que el alumno que
es el verdadero beneficiario de la educación está considerado como un elemento
secundario. Los gobiernos le dan atención al sindicato y a los maestros para
atender sus peticiones, dejando en último término la educación del niño en edad
escolar, que en una evaluación de conocimientos escasamente logra una calificación
aprobatoria.
Además
el denigrante papel que representa el maestro de escuela en la actualidad,
cuando se presta a marchar como protesta contra las autoridades, obstruyendo
calles, provocando disturbios, prestándose a pintas callejeras y con esa
actitud retadora, dejando a sus alumnos a la deriva, con paros y huelgas sin
fin, como si no sintieran responsabilidad alguna al dejar abandonados sus
grupos que en cualquier evaluación de conocimientos, no alcanzan la mínima calificación
aprobatoria.
El
problema actual es que otros países prestan mejor atención a sus educandos en
instrucción primaria y la economía de los países no soportará la utilización de
gentes mediocres en conocimientos, en lugar de personas creativas que
contribuyan con su participación al desarrollo de una economía moderna.
Por
esa razón las escuelas privadas se han encargado de educar a los hijos de
familias con amplios recursos, donde se observan avances en la educación de
manera exitosa y son los estudiantes seleccionados que tienen la posibilidad de
escalar las mejores oportunidades de éxito en sus respuestas de actividad
laboral.
Esperemos
que se recapacite y se pueda apoyar en las escuelas públicas a los alumnos que
acuden a recibir educación gratuita, por corresponder a mejorar el nivel de las
escuelas de educación primaria, que antaño fueron los planteles que dieron los
mejores alumnos considerados como los hombres
del futuro.
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