Mensaje Papal ante la ONU. |
Antes
de comentar el discurso Papal en las Naciones Unidas, vale la pena rememorar
que muchos mexicanos creíamos que al viajar el Papa Francisco a Cuba y Estados
Unidos, haría una escala en la ciudad de México. La realidad fue otra, continuó
su trayectoria directa sin visitar a México, a pesar de ser el segundo país con
mayor número de católicos en el mundo. La realidad es que hace varios meses hubo
un reclamo al Papa por parte de
Relaciones Exteriores de nuestro país hacia el Vaticano por algún tipo de
declaraciones. Es una lástima porque nosotros los mexicanos suponíamos que
ahora sí vendría el Papa a México.
Muchos
tuvimos la oportunidad de seguir su viaje desde su estancia en Cuba hasta su
llegada a Washington y su posterior arribo a New York con la constante
presencia de miles de asistentes durante el paso del Papa Francisco en el
vecino país del norte.
El
discurso se ha considerado histórico ante la Asamblea General de las Naciones
Unidas, durante este quinto viaje papal a ese auditorio, luego de Pablo VI,
Juan Pablo II dos veces y Benedicto XVI. Dicho discurso fue elogiado por Ban
Ki-moon, máxima autoridad de la ONU, quien
expresó que su pieza oratoria representa la “nueva diplomacia mundial”.
El
mensaje ha sido muy oportuno y se ha considerado como una carta que ha llegado
a todos los medios, sobre todo a los políticos que mucho lo han criticado. Está
hecho en favor de los pobres en un afán ilimitado de bienes materiales y en
favor de los derechos humanos y el medio ambiente.
Sin
hablar de religión y sin mencionar el nombre de Dios, dijo que el hombre debe
servirse de la creación para bien de sus semejantes y sin abusar de ella y
mucho menos está autorizado a destruirla, ya que el medio ambiente es un bien fundamental.
Rechazó
la guerra y el comercio de las armas debido a que es una amenaza del ambiente.
Denunció la tendencia de la proliferación de las armas sobre todo las
nucleares, su uso constituyen un fraude a la finalidad que persigue Naciones
Unidas por ser contraria a sus principios.
El
Papa hizo un llamado para que cese la persecución de los cristianos por parte
de extremistas islámicos en el Oriente Medio, Norte y África. Habló en favor de
los cristianos, que no quieren dejarse envolver por el odio y han sido testigos
de la destrucción de sus lugares de culto y su patrimonio.
Habló en favor de las familias como células de
desarrollo en cualquier ambiente social a fin de que todos tengan la mínima
base espiritual y en lo material: techo, trabajo y tierra y un nombre en lo
espiritual, libertad religiosa, derecho a la educación y todos los derechos
civiles. El Santo
Padre recordó en otra parte de su discurso que “inscrita en la propia
naturaleza humana” se encuentra “la distinción natural entre hombre y mujer”.
El Papa advirtió que “otra clase de guerra que viven muchas de nuestras
sociedades” es el narcotráfico. Es una guerra que ha sido pobremente combatida.
Es una corrupción que ha penetrado en todas las sociedad y ha sido pobremente
combatida y pone en riesgo la credibilidad de todas nuestras instituciones.
Habló en defensa de la vida como pilar del desarrollo humano como causa
común de los hombres de los pobres y de los ancianos, de los enfermos y de los
no nacidos, de los abandonados y de los desocupados y de todos aquellos que
solamente se les considera como un número en las estadísticas.
Fue un discurso de mucha trascendencia en favor de los menos favorecidos
y poniendo en claro muchas verdades que han sido calladas por intereses comunes
en todos los medios; muchos conceptos mencionados por primera vez en la
Organización de las Naciones Unidas.
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