Yo
recuerdo desde mi primer año de edad escolar, se nos dijo que el 16 de
septiembre de 1810 corresponde a la celebración de la independencia de nuestro
país, lo que siempre quedó en mi mente que a partir de esa fecha ya fuimos
libres de la influencia española.
El
16 de septiembre de 1810 el cura Don Miguel Hidalgo en la madrugada dio el “grito
de independencia” que inició la contienda contra el dominio español. Lo
cierto es que la violencia no nos dio la independencia, porque la guerra que
inició el cura Hidalgo y que después continuó José María Morelos y Pavón,
terminaron en derrota y el fusilamiento de ambos promotores.
La
independencia de nuestro país, fue un acto de paz y terminó con “el abrazo de Acatempan” el 10 de febrero
de 1821 entre Vicente Guerrero al frente de uno de los residuos que quedaba de
las fuerzas insurgentes y Agustín de Iturbide que comandaba las fuerzas del
virreinato, lo que realmente legitimó la independencia de nuestro país.
De
otra forma haciendo caso a la “historia
oficial” hemos estado celebrando los actos de violencia que terminaron en
derrota de los ejércitos comandados tanto por el Cura Hidalgo como por José
María Morelos.
Es
importante mencionar que la “historia real”
se aleja de los “actos oficiales” donde
se confirma que han sido los acuerdos políticos y no los actos de violencia los
que consiguieron la independencia para nuestro país, así como la incipiente
prosperidad de la que gozamos en nuestros días.
Últimamente, me he enterado de que en la cámara de
senadores existe gran inquietud porque nuestro embajador en Londres, al dar el “grito de independencia” en la noche del
15 de septiembre, mencionó al General Porfirio Díaz entre los próceres que nos
dieron patria, lo que provocó mucha molestia a dos de ellos, y por lo mismo pidieron
al gobierno mexicano la renuncia del embajador Diego Gómez del cargo que
representa como. Solamente que dicha petición no está prevista en ningún ordenamiento
oficial.
Tal
vez esta mención se refiere a la revolución mexicana que detuvo el crecimiento
económico del General Díaz y que fue motivo de muchas muertes y destrucción.
Tuvo su parte violenta cuando el presidente Madero se levantó en armas contra
el General Díaz, quien renunció al cargo de presidente en el mes de mayo de 1911,
para evitar un enfrentamiento interno. El período en que los revolucionarios se
pelearon entre sí fue por despojos del
poder. El triunfo se consiguió hasta que un nuevo acuerdo político originó
estabilidad en el país.
Lo
anterior nos demuestra que han sido los acuerdos conseguidos y no los actos de
violencia los que nos han dado independencia y paz de la que gozamos actualmente
los mexicanos.
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