Estatua de Porfirio Díaz y el Escultor. |
Correspondió
ahora a Orizaba, Veracruz haber inaugurado en días pasados una estatua para
honrar al General Porfirio Díaz a los cien años de su muerte durante su exilio en
París, Francia como un reconocimiento a su memoria como el más tenaz gobernante,
que dedicó su vida a estrangular la serpiente de las luchas intestinas de su
época y que yace en una capilla gótica del cementerio Montparnass donde se encuentran
colocados los restos de un gran Presidente.
Ahora
correspondió al Presidente Municipal Juan Manuel Diez Franco, como hombre de
mucha entereza y firmes convicciones de erigir un monumento a Don Porfirio Díaz
después de tanta crítica y resentimiento que ha habido en nuestro país durante
un siglo, siguiendo una historia oficialista, que no está apegada a la
realidad. Los mexicanos debemos documentarnos un poco sobre los hechos de
nuestra historia que está redactada y escrita por humanos que de acuerdo a su
época pueden manejar verdades o falsedades de héroes o de villanos sin posible
liberación.
He
considerado al general Porfirio Díaz como un patriota que amó a su país y
aunque permaneció muchos años en el poder, siempre fue reelecto porque el
pueblo lo aceptaba tal como fue, una persona honesta, tal vez su error fue no
haber renunciado al cargo en su momento. El general Díaz demostró al mundo que
México es una gran nación, y que tan pronto como encuentre circunstancias
propicias, recobrará su antigua grandeza.
Rescató
al país del caos y de la ilegalidad; para conseguirlo, debió gobernar con mano dura y a decir verdad, -las
circunstancias así lo impusieron- y eso no justifica darle el seudónimo de dictador a quien siempre solicitó la
opinión de sus gobernados para cumplir con su deber. El recuerdo del paladín
sigue custodiando nuestra bandera. Sus aciertos todos son atribuibles a él por
su honestidad, y su acrecentado amor a su México, y en cambio sus errores que
también los hubo, son achacables a la época en que le tocó vivir, y a las
circunstancias que lo obligaron a imponerlas, incluyendo el deseo de todo
hombre en el servicio público, de conservar el poder.
Es
importante mencionar que esta estatua de Porfirio Díaz fue costeada por el
Alcalde de la ciudad de Orizaba Juan Manuel Diez Franco, quien no cobra sueldo
por el cargo que desempeña, y el total de lo que debería percibir, lo ha
dedicado a costear con sus salarios esta obra en honor a Porfirio Díaz. Tengo
entendido que a la inauguración de la estatua, asistieron más de dos mil personas,
así como los bisnietos del prócer, que en conjunto y al final de la ceremonia, aplaudieron
con euforia y de pie por la celebración del evento.
La
ciudad de Orizaba cuenta con todas sus calles pavimentadas, las plazas públicas
se encuentran bien arregladas con muy buena presencia para gozo y uso de sus
habitantes lo que demuestra una cultura urbanística sobresaliente.
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