Le
llamo así porque es la denominación aceptada aunque parezca despectivo pero no
lo es, en fechas recientes les han denominado personas de la tercera edad,
adultos mayores, es cuestión de interpretación. Lo más adecuado sería que las
autoridades le dieran un mejor tratamiento y reconocimiento al anciano.
Actualmente vemos como muchos ancianos permanecen en el olvido de sus
familiares, deambulan por las calles sin rumbo fijo, otros los aíslan en un
asilo sin ningún cuidado y jamás se vuelven a acordar de ellos y los más
afortunados están viviendo con alguno de sus hijos en forma conjunta o
marginada y los menos favorecidos con
muchas privaciones.
Ahora
me quiero referir a la celebración que se hizo en la Fundación Casa Hogar “Matías Romero” el sábado 29 anterior a
los cincuenta y dos residentes que por ahora se encuentran en ella, por lo que
en esa fecha todo fue alegría y regocijo para ellos. Como cada año se iniciaron los preparativos con toda
anticipación para la celebración de esta fecha,
En
esta ocasión se les preparó un programa que se desarrolló al medio día y duró
toda la tarde, con los siguientes eventos:
A
las doce horas se llevó a cabo una misa para todos los residentes, sus
familiares y demás invitados que gentilmente acudieron a esta celebración en la
capilla de la residencia. El Padre Ignacio González Torres, (quien forma parte del Patronato que integra la Casa
Hogar) fue el que ofició la misa y se
refirió durante la homilía a todos los ancianos quienes deben estar felices de
estar en plenitud, viviendo con agrado la vida.
A
las trece horas y al término de la santa misa, se procedió con la compañía
de los asistentes a la bendición del nuevo
elevador que se estrenó en esa fecha para el uso y comodidad de los ancianos
residentes que habitan la Casa Hogar. El evento fue sencillo pero muy emotivo,
habiendo dirigido palabras por el presidente del patronato Lic. Miguel
Margalef, ante la presencia de todo el personal de la Casa Hogar, haciendo una
remembranza de los 107 años de vida de la Organización. correspondiendo a los
miembros del patronato hacer el primer recorrido en uso del elevador, ante el
regocijo y aplauso de todos los asistentes, quedando abierto el servicio para
el servicio general.
A
las catorce horas pasamos al gran comedor de la Casa Hogar donde fue servida la
comida para los residentes, sus familiares y los invitados. La comida fue
amenizada por un grupo musical, así como palabras de un residente que a nombre
de sus compañeros agradeció los beneficios que se les han otorgado para su
estancia y comodidad. Al final de la comida, hizo acto de presencia la conocida
declamadora “Tere Aviña” quien es muy querida por los integrantes de la Casa
Hogar…
¡MUCHAS
FELICIDADES A TODOS LOS ABUELITOS ¡
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