Hoy
por la mañana en un desayuno con un
grupo de amigos de los años 80s. y platicábamos de nuestra formación
escolar en nuestros años mozos relativos al “día del maestro” y sobre la añoranza que teníamos de nuestros primeros
maestros y yo les decía de mi formación se inició desde muy pequeño gracias a
mis padres que se esforzaron en llevarme por el buen camino al iniciar mi
educación desde la casa familiar en provincia y en tierras veracruzanas, al ver
el ejemplo que ellos me dieron y fueron los principios para iniciar mi vida y que
me han servido para normar mi conducta hasta la fecha.
Después
a mis maestros a quienes verdaderamente reconozco con ese nombre que se
dedicaron con empeño a la tarea de mostrarme atributos como la belleza, la
bondad, la justicia y el bien, mismos que tal vez no los recuerdo a todos pero
lo importante es que existieron y estuvieron presentes cuando los necesité.
Gratos recuerdos para los de primaria que tal vez algunos nombres no tengo en
la memoria, pero sí algunos de ellos: 4° grado Humberto Gutiérrez Zamora, 5° año
Alberto García Bastida y 6° año Prof. Alfredo Santos, a quienes considero como
verdaderos maestros desde su pulcritud, conocimientos y métodos de enseñanza.
Todos
ellos en escuelas públicas y desde los primeros años me indujeron a la lectura
con libros de texto como: “Poco a Poco,
De los Apeninos a los Andes, Corazón Diario de un Niño” y empecé a leer “Biografías de hombres y mujeres célebres”, en
alguna forma influyeron en mí aprendizaje para aficionarme a la lectura hasta
la fecha.
En
años siguientes hice mis primeros estudios de Contaduría y Administración en
cursos por correspondencia y el aprendizaje que adquirí en un empleo que tuve
en las oficinas del Seguro Social que iniciaba actividades en esos años en la
provincia veracruzana. Posteriormente y gracias a las orientaciones del
contador general de esa institución Don Jesús Guerra Esparza, recibí su orientación
para decidirme a continuar mis estudios, de Secundaria en una escuela nocturna
en mi natal Orizaba.
Cuando
en mi provincia se agotaron los niveles oficiales y en Jalapa, Ver. se inició la
“Universidad Veracruzana”, fue cuando decidí venirme a la ciudad de México a
buscar nuevos horizontes en escuelas superiores y universidades para continuar
mis estudios profesionales, con la firme idea de hacer una carrera y desarrollar
mis actividades en la capital, tal vez con la idea de no regresar a mi tierra
natal.
Le
guardo mucho cariño y gratitud a todos mis maestros porque me dieron las bases
para continuar estudiando y siento mucha ventaja de todo corazón para aquellos
que no tuvieron la oportunidad de tener maestros y maestras como los que tuve
yo. Actualmente hay quienes se dicen ser profesores por dos razones: el día
quince y el día último de mes aunque carecen completamente de la vocación de
enseñar, es decir de entregarse completamente a su actividad.
Lo
importante para mí, ha sido ganarse el reconocimiento de los alumnos y que le
recuerden a uno con afecto, para tener la satisfacción de haber cumplido con su
responsabilidad, pero para eso hay que poner en nuestra actuación, mucha
entrega, alegría y amor a la enseñanza. Yo tuve el agrado de haber sido
Subdirector de la Escuela Superior de Comercio y Administración del I.P.N. y
maestro por oposición en la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM,
de la que soy jubilado por 25 años de servicios.
Quiero
agradecer por este conducto a mis primeros maestros que me guiaron incluyendo a
mis padres y felicitar a los actuales maestros que verdaderamente cumplen su
papel y se ganan el cariño de sus alumnos…
¡Felicidades
a todos los Maestros que ahora lo son!
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